La cosa resumida vendría a ser así: tú me das la caca de tu perro y yo te doy tiempo de conexión a Internet gratis. Tal cual.

 

Detrás de esta escatológica iniciativa hay una arriesgada campaña de márketing para promocionar una operadora de Internet.

La agencia de publicidad DDB ha colocado en 10 parques de México su llamativo reclamo: los Poo Wifi, unos receptáculos en los que los ciudadanos pueden depositar las heces de sus perros. El aparato en cuestión pesa el «regalito» y lo traduce en minutos de conexión gratis. Así de simple y -por qué no decirlo- asqueroso.

La agencia aclara que no hace falta ser dueño de un can para poder utilizar los Poo Wifi: a nadie que entregue su bolsita le van a preguntar la procedencia del detritus. Su funcionamiento está explicado en este viral que circula a toda velocidad por la Red:

Todos ganan: la agencia se apunta un tanto con esta original iniciativa, la operadora de Internet consigue la publicidad que buscaba, los dueños de los canes logran navegar “por la patilla”, y el resto de la humanidad disfruta de su paseo sin necesidad de ir esquivando las molestas “minas”.

Como toda campaña publicitaria, tiene fecha de caducidad, aunque -quién sabe- tal vez la experiencia anime a las avispadas autoridades a apuntarse a esta energía… ¿limpia?