El futuro dirá qué mandato de Obama fue mejor. Si el primero o el que está a punto de inaugurar. En lo que parece no haber duda es que su segunda toma de posesión no despierta la misma ilusión, ni entusiamo ni expectación que la primera. Ni concentrará a tantísima gente en la calle como en 2009 para vivir en directo su juramento. Pero el «Inauguration Day» es siempre un día histórico y la fiesta de la democracia. Esta vez, también, con sus particularidades.
Para empezar, la ceremonia pública de la toma de posesión no será el 20 de enero como marca la Constitución, sino el lunes 21. Aclaro: el 20 Obama y el vicepresidente Biden juran sus cargos en el Despacho Oval en un acto privado ante el presidente del Supremo y sus familias -por eso de cumplir con la ley-. Y como la ceremonia y el desfile no pueden ser en domingo, se han pasado al lunes. Así que el 44 presidente de Estados Unidos jura así dos veces. Sobre dos biblias. Una copia que perteneció a Lincoln y otra a Martin Luther King.
Barack Obama será además el segundo de la historia, después de Franklin D. Rooselvet, en ostentar el «récord» de haber jurado cuatro veces como presidente. Dos este año y en 2009 lo hizo también otras dos. En aquella ocasión, un error en el texto del juramento obligó a repetirlo al día siguiente en la Casa Blanca. Ya son casualidades, la verdad.
Es además, la segunda vez en la historia que el «Inauguration Day» coincide con el día dedicado Martin Luther King, -la primera fue con Clinton- lo que le da otro brillo y sentido al comienzo del segundo mandato del primer presidente negro estadounidense.
Por primera vez en esta ceremonia, Richard Blanco, un hispano-nacido en España, por cierto- y, además, reconocido homosexual, recitará un poema después del jurameneto de Obama y de su discurso. Actuará la cantante de pop y roch Kelly Clarkson. El también hispano reverendo Luis León bendecirá la ceremonia. El himno interpretado esta vez por Beyoncé pondrá punto final al acto frente al Capitolio, donde dentro se servirá una comida para 200 invitados.
La ciudad de Washington está preparada para el gran momento del lunes. Se espera que haya entre 600 mil y 800 mil personas siguendo la ceremonia y después, viendo el desfile de la pareja presidencial entre el Capitolio y la Casa Blanca. Se han instalado miles de gradas a lo largo de todo el recorrido para las que hay que madrugar y espabilar si una quiere verlo desde un buen sitio. En 2009 se calcula que hubo casi dos millones de personas. Entonces, los hoteles se quedaron sin habitaciones libres desde dos meses antes. Ahora, ha habido disponibilidad hasta hace unos días.
El Congreso ha repartido 250 mil entradas a sus senadores y miembros de la Cámara de Representantes, para ellos y para que a su vez las distribuyan entre los ciudadanos. Es una ceremonia que une a todos los representantes de los tres poderes del Estado, a muchas personalidades e invitados y por supuesto, el público, el pueblo. Abren el inmenso recinto a las 4 de la mañana. Hasta las 11 y media no empieza la ceremonia. El desfile lo hará a las 2.30.
Por la noche llegan las fiestas oficiales y veremos a los Obama otra vez abrir el baile. No hay entradas desde hace semanas. La etiqueta marca esmóquin o traje para ellos y vestido largo o de cócktail para ellas. Fiestas que durarán hasta la medianoche y pondrán fin a otro momento de la historia de este país. En 2009 la pareja presidencial acudió a diez bailes oficiales. Este año, a dos , los que se celebran en el Centro de Convenciones. Pero además hay otras muchas fiestas por toda la ciudad. ¿Precios? A partir de los 200 dólares. Por supuesto, el lunes es festivo a todos los efectos.
Washington respira ya celebración estos días. Hay buen ambiente en general y va llegando gente. Se contagia. Es la fiesta de la democracia al más puro estilo americano. Solemne y popular, participativa, alegre. Un ciudad también blindada, donde las medidas de seguridad son lo que podemos imaginarnos. Donde los que menos disfrutan este lunes 21 son, precisamente, los encargados de velar por que todo salga bien y nada pase al presidente ni a su familia. No quiero ponerme en la piel de los agentes que vigiliarán todos sus movimientos en público. Primero en la ceremonia en el exterior del Capitolio y luego en el paseo que hacen andando por el medio de la Avenida Pennsylvania y el desfile. Que tensión y cuánta responsabilidad. Con tanta gente.
Empiezan así los «four more years» de la era Obama. Espero que esta vez, segundas partes sí sean buenas.
Vaya circo, con el dineral que se gastan en semejante puesta en escena….podían hacer mucho por los homeless que pueblan los barrios de las grandes ciudades norteamericanas, a pesar de que el NY Times sólo los vea en España.
Hombre, pues por esa regla de tres, que supriman el 4 de Julio, o en España nos cargamos el 12 de octubre o el día de la Constitución o de las FF.AA. o ya puestos, las fiestas populares de cada sitio… Creo que la gente también necesita de estas celebraciones.
Además ese fin de semana, el sábado se dedicó al voluntariado, a promoverlo, a ayudar a otros y recaudar dinero. Y los Obama también estuvieron «al pie del cañón».
Vaya circo, con el dineral que se gastan en semejante puesta en escena….podían hacer mucho por los homeless que pueblan los barrios de las grandes ciudades norteamericanas, a pesar de que el NY Times sólo los vea en España.
Hombre, pues por esa regla de tres, que supriman el 4 de Julio, o en España nos cargamos el 12 de octubre o el día de la Constitución o de las FF.AA. o ya puestos, las fiestas populares de cada sitio… Creo que la gente también necesita de estas celebraciones.
Además ese fin de semana, el sábado se dedicó al voluntariado, a promoverlo, a ayudar a otros y recaudar dinero. Y los Obama también estuvieron «al pie del cañón».
A la primera fui a pesar del frío, y fue muy emocionante, parecido al cierre de campaña de Felipe en el 82. Siempre pico. Ahora ya, hasta que Obama no cierre Guantánamo, yo no lo jaleo más. Eso sí, si Obama cierra Guantánamo, pago yo las copas.
Pues me temo que vamos a tener que esperar lo suyo para esas copas. Yo invito cuando la corrupción desaparezca de los partidos políticos. A ver quién invita antes. Me parece que nos quedamos sin beber.
Besoooos.
A la primera fui a pesar del frío, y fue muy emocionante, parecido al cierre de campaña de Felipe en el 82. Siempre pico. Ahora ya, hasta que Obama no cierre Guantánamo, yo no lo jaleo más. Eso sí, si Obama cierra Guantánamo, pago yo las copas.
Pues me temo que vamos a tener que esperar lo suyo para esas copas. Yo invito cuando la corrupción desaparezca de los partidos políticos. A ver quién invita antes. Me parece que nos quedamos sin beber.
Besoooos.