La víctima participa en la reconstrucción de los hechos
Lo que está ocurriendo en Madrid es más propio de una película taquillera que del día a día real de una ciudad. Se tienen que conjugar muchos factores para que un pederasta repita sus ataques sin ser «cazado». O el depredador sexual que aterroriza el barrio de Ciudad Lineal ( y puede que Coslada) se siente intocable o le han salido imitadores.
Los que nos dedicamos al periodismo sólo sabemos que no sabemos casi nada de la investigación. La policía -como es su obligación- cuenta muy poco pero hace ya semanas que barajaban la posibilidad de que el enemigo número uno de la región podía utilizar la A2 para escapar cada vez que actuaba.
El intento de ataque de hace sólo unas horas en Coslada encajaría en esa teoría aunque la verdad es que ni siquiera sabemos si se trata del mismo individuo. Sólo que un hombre metido en su coche pidió a la pequeña que le ayudara a sacar unas cajas. Esta vez la niña pidió socorro y logró ponerse a salvo. El caso anterior, el ataque a otra pequeña raptada en un parque cerca de una comisaría, podría aportar datos importantes porque -por desgracia- no fue sedada.
La policía está en alerta máxima. La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, dice que «la detención de este delincuente miserable» es su máxima preocupación y ha anunciado más agentes y la instalación de cámaras de seguridad para ponérselo más difícil al «monstruo».
Preocupa además el inicio del curso escolar cuando hay más niños sin vigilancia en las calles.
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