El otro día ví a mi vecino jugando al balocensto frente a la puerta de su casa. Era por la mañana, un día entre semana. Qué raro. Nunca lo había visto a esas horas en casa. «Debe ser por el shutdown» me dijo una amiga. Mi vecino trabaja para el gobierno federal. Uno más que lleva dos semanas sin ir a la oficina. Sin cobrar. Están así 800 mil de los tres millones de funcionarios federales. Y hay muchos más. En Washington se nota especialmente porque sus principales atractivos turísticos han echado el cierre.
Quien haya visitado la capital de Estados Unidos sabrá de lo que hablo. Lo conocido como «Memorial Mall» es uno de los principales reclamos de la ciudad. Donde están los monumentos a los padres y figuras de este inmenso país y a los que han caído en sus guerras. No muy lejos están los museos del Smithsonian Institution. Museos de Historia, de Ciencia, del Espacio.. Son gratuitos y bien valen una visita. Siempre tienen gente dentro, desde grupos de escolares hasta turistas venidos de todas partes.
Ahora esta zona parece otra. Faltan quienes hacen posible que Washington sea una parada obligada y quienes vienen aquí a conocer la historia de este inmenso país a través de sus símbolos. Ya se ha contado casi todo sobre el por qué de este cierre federal y de cómo se ha llegado a este «shutdown». Así que os dejo mi impresión en imágenes sobre cómo se vive aquí este parón obligado, que esperemos dure poco.
Os dejo también la «escapada» de Obama y Biden el otro día. Salieron a comer a un bar al lado de la Casa Blanca y la que se armó, claro. Un bar que por cierto ofrece descuentos a los funcionarios despedidos. Y no es el único.
En fin. Este país no deja de sorprender. Y mientras esto sucede, los congresistas, incapaces de llegar de momento a un acuerdo con el Gobierno, siguen cobrando sus sueldos. Unos 175 mil dólares al año. Sus bolsillos no parecen resentirse por el shutdown. Echo el cierre hasta la próxima semana en un día que no para de llover como en las pelis. Bye.
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