Hay que hacerlos estos días para andar por las calles de DC. Cuando no es la nieve, es el hielo, o el viento…Tenemos un invierno, invierno. Con temperaturas que nos encogen y quitan las ganas de salir de casa. Pero hay que forzarse a ello aún cuando no haya un motivo que nos saque del calorcito hogareño. Hay que hacerlo porque si no, se pierde el equilibrio, nos «enmarmotamos» y no puede ser.
Hablando de este animal al que cada año ponen a prueba para saber cuánto queda de frío, esta vez «indicó» que unas seis semanas más. ¿Tanto? me preguntó alguien con extrañeza y pereza. Conté y ví que es exactamente el tiempo que le falta a esta estación para convertirse en primavera oficial. Allá por el 21 de marzo. La famosa marmota se llama Phil, de Pensilvania. Como cada año, la despertaron por la mañana temprano, el 2 de febrero. Si se veía su sombra, el invierno sería largo, si no, llegaría la primavera. Y como hacía sol, Phil vió su sombra y volvió a su madriguera. Conclusión: nos queda invierno para unas semanitas. Vamos, como marca el calendario de toda la vida, sin necesidad de interrumpir el sueño del pobre animal.
Así que yo decidí volver también a mi madriguera. Y para pasar rápido este gélido invierno, me he puesto a ver los Juegos de Sochi y a descubrir nuevas series que echarme al cuerpo. Tengo que hablaros de una, en concreto, que me ha enganchado tanto como «House of Cards» o «Breaking Bad». Es francesa y su título en inglés es «Spiral». Lo tiene todo: crímenes, investigación, intriga, ambición política, el complicado mundo de las relaciones personales y de los intereses de todo tipo. Es policíaca pero va más allá. Políticamente incorrecta y muy real, hace perder la fe en las instituciones si es que nos quedaba alguna. Al ser francesa, además, todo suena muy cercano y familiar.
Además, quiero ser como la capitán Berthaud -la protagonista-. Independiente, audaz, astuta, tenaz, valiente y encima debatiéndose entre dos amores -muy atractivos los dos- que francamente, yo estaría como ella. Sin poder elegir a uno por no renunciar al otro :-0 Hay cuatro temporadas. Acaban de terminar la quinta y han encargado una sexta. Así que yujuuuuu!
Bueno, ya veis que el equilibrio lo he perdido. Ahora además acaban de soltar en Netflix la segunda temporada de «House of Cards». Si es que entre unas cosas y otras, no me da la vida, como a Obama, que ya ha pedido que nadie adelante nada de la serie para que no se la revienten
Equilibrios también tienen que hacer los patinadores sobre hielo en los juegos de Sochi. Esta semana uno de los americanos, Jeremy Abbot, se cayó y se llevó un buen golpe en la cadera que le dejó aturdido por unos segundos. Aún así, se levantó y terminó su actuación. Chapeau. El español Javier Fernández se ha quedado sin medalla, pero creo que no lo ha hecho mal. Los juegos de invierno tienen mucho de mantener el equilibrio. Da igual que sea patinando, en un descenso alpino o bajando a toda brea por un tubo de hielo, acostada en una especie de trineo plano, lo que se llama «skeleton».
Disfruto mucho con la programación especial de las teles americanas sobre las olimpiadas de invierno. Son los amos de la televisión. No sólo dan las competiciones, sino que las humanizan, hacen que te interese aunque no seas muy fan. Las acompañan con reportajes no muy largos pero extraordinarios de la historia de sus deportistas, americanos, claro. De cómo llegaron hasta aquí. Me ha gustado mucho la historia de Noelle Pikus-Pace, una madre que va con su familia a entrenamientos y competiciones y ha ganado la medalla de plata.
No soy olímpica ni lo he sido, pero mi ejercicio me ha costado hacer transitable el camino a casa y la parte de acera que nos corresponde. Aquí no vienen del ayuntamiento y te despejan la calle de nieve, no. Las máquinas sí lo hacen en las carreteras y en las calles importantes. En los barrios periféricos es otra cosa y limpiar las aceras es un deber de los ciudadanos. Así que pala en mano, todos contribuimos. Sentido de comunidad, una vez más. Y el que no hace su parte queda muy en evidencia.
Equilibrio también es no perder la paciencia porque, cuando nieva, no hay cole. Dos días seguidos llevamos esta semana. Jueves y viernes. El lunes es fiesta, así que los escolares se han sacado cinco días de vacaciones blancas sin esperarlo. Eso sí, los cines, los restaurantes y las tiendas abren. Los colegios no. ¿Alguien me lo explica?
Y os dejo con esos anuncios que tanto invaden estos días la programación sobre los juegos de Sochi en las teles americanas. Confieso que consiguen que se me escape una lágrima de emoción. Aquí va un ejemplo.
Y por aquello de respetar el equilibrio. La pregunta es ¿y el padre, dónde está? porque los hay que también ayudan mucho. ¿Nadie les da las gracias a ellos? Hay que ser justos. Que paséis una buena semana.
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