Génova es un polvorín repleto de cañerías que apestan. Un tufo desagradable, cansino e incómodo sale de ese nido de supuestos corruptos que se habrían repartido durante más de 20 años sobres repletos de billetes procedentes de jugosas comisiones ilegales. Las informaciones y acusaciones del diario «El Mundo» son de tal gravedad que cualquier aludido debería haberse personado, dos minutos después de leer el periódico, en un juzgado de guardia para presentar la oportuna querella y defender su inocencia. Nadie lo hizo y esa dejación sólo alimenta la sensación de que la posible corrupción en la cúpula del PP ha existido durante varios lustros. La bomba atómica política estalló de madrugada en el corazón del Partido que gobierna España. Cuesta poco imaginar el abatimiento, el miedo, el pánico de gente como Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal o el propio Mariano Rajoy después de comprobar que quien controló el dinero del PP durante casi 20 años no va de farol. Es probable de que no seamos conscientes de la importancia de una semana trascendental para el devenir de nuestro país.
El desafío soberanista de Catalunya, la crisis económica, los seis millones de parados, los problemas en la Educación y la Justicia y los recortes en la Sanidad son un juego de niños al lado de la bomba de relojería activada cuando se supo que Luis Bárcenas acumuló 22 millones en cuentas suizas. La tibia reacción de los populares al principio y su desmarque del extesorero popular horas después activaron el maletín nuclear. Poco tardó L.B,- esas eran su siglas en los bancos suizos-, en filtrar directa o indirectamente que su antiguo Partido habría sido durante casi 20 años un nido de corruptos. Un avispero de gentes que se habría enriquecido con dinero negro procedente de comisiones ilegales pagadas por importantes empresas y relevantes personalidades anónimas. El escándalo podría salpicar al difunto Fraga, a los amortizados Cascos y Acebes, al influyente Aznar, al activo Arenas y a otros tantos políticos que cobraban entre 5.000 y 15.000 euros mensuales de la “caja B” habilitada en la calle Génova. Ya se verá.
El escándalo es tan grandioso que amenaza con llevarse por delante al Gobierno del país por mucho que Rajoy fuera quien pusiera coto a estas prácticas. Esa decisión le libra sólo en parte. Fue honesto al decidir acabar con esta mayúscula corrupción pero le faltaron arrestos para denunciarlo en un juzgado . Sólo esa actitud le hubiera puesto completamente a salvo. Ahora afronta sus horas más delicadas atrapado entre la peor crisis económica que se recuerda en España y la rémora de la supuesta banda de chorizos que controló el Partido durante casi dos décadas. Atrapado por la supuesta financiación irregular del Partido Popular y por las prácticas bucaneras de quienes fueron diputados y hasta ministros. Atrapado en su propia trampa porque fue Rajoy quien nombró tesorero a L.B. Fue él quien le mantuvo y le defendió. Le guste o no, habrá sido cómplice por acción u omisión de una histórica tropelía que puede haber cavado su tumba política. Sólo la clamorosa debilidad del PSOE y el respaldo internacional a las medidas de austeridad impuestas por Rajoy evitan lo que en circunstancias normales sería inevitable. El final de la Legislatura y la convocatoria de elecciones anticipadas. No será así porque el líder socialista ni siquiera sabe si será candidato. Sólo así se entiende su actitud pusilánime.
NI ÉTICA, NI ESTÉTICA
No entiende Esperanza Aguirre las críticas tras su sonado fichaje por una empresa de cazatalentos de Catalunya. Pues bien, vamos a tratar de explicárselo. Señora Aguirre, el problema no es que usted fiche por una empresa privada. Ni siquiera que lo haga con un más que notable sueldo. Usted se ha ganado, tras décadas de dedicación a los ciudadanos, el derecho a trabajar dónde, cómo y cuándo quiera. Ese no es el problema, señora Aguirre. Lo grave no es que la expresidenta de la Comunidad de Madrid esté en nómina de una empresa privada. Lo grave es que, al tiempo, mantenga el cargo, el poder, la influencia y algo más desde su atalaya al frente del Partido Popular en Madrid. Puede ser legal, de hecho lo es, pero ni es ético, ni es estético.
Tampoco lo era que su exconsejero de Sanidad diera con sus huesos en la empresa que se benefició de una privatización protagonizada por el propio consejero. Juan José Güemes hizo muy mal en aceptar el puesto y relativamente bien, por tardía, en presentar su dimisión. Aguirre, Güemes, Ignacio González y su ático de lujo en Marbella. Lluvia fina que amenazaba con empapar hasta que descargó la tormenta y llegó el tsunami Bárcenas.
SIN ESTADO PROPIO
Pisaron el freno antes de salir de la estación . Asustados por el más que probable descarrilamiento del tren independentista. Mas y Junqueras tienen miedo. Es verdad que uno más que otro esencialmente porque el líder de Esquerra se mueve mucho mejor que su socio en esta partida donde el órdago soberanista se ha echado demasiado pronto. Mas es un personaje en busca de autor. Atormentado por el batacazo electoral, por las críticas de influyentes empresarios, por el escepticismo de muchos socios de coalición y, sobre todo, por un escenario judicial muy oscuro para los autoproclamados patriarcas de Catalunya. El cadalso de los Mas y Pujol a cuenta de las sospechosas y supuestas cuentas en paraísos fiscales puede estar detrás de las forzadas razones para que los estrategas de CIU decidieran eliminar el término “Estado propio” de su propuesta soberanista. Llevar al Parlament una declaración de independencia “per cullons” y contar solo con el respaldo de los votos de Esquerra Republicana supondría un monumental sonrojo que sumado a la eventual imputación de alguno de los Pujol abocaría el sueño independentista a un irremediable fracaso. Todo, en un sociedad catalana completamente anestesiada gracias al inestimable apoyo y vergonzante complicidad de una prensa, ¿prensa?, subvencionada por el poder. Basta echar un vistazo a los principales diarios catalanes o a los informativos de TV3 basta para constatar que enterarse de lo que realmente pasa en Catalunya es sencillamente imposible si la mente no se abre a medios de comunicación de la denostada España.
pocas dudas tengo de que El Mundo publique algo de esa envergadura sin tener las pruebas.
pocas dudas tengo de que El Mundo publique algo de esa envergadura sin tener las pruebas.