Suena durísimo, lo sé, titular con esta frase cuando hoy es uno de agosto. Pero esa es mi cruda realidad. ¿Que si se me acaban las vacaciones? no, que va, todavía me quedan, lo que me pasa es que mi ropa de verano, oficialmente, está descartada, apartada, doblada y guardada… a mis 28 semanas de gestación no me entra nada, ni si quiera los típicos vestiditos baby doll, que ahora me hacen parecer una muñeca, si, pero una Barriguita.

Total, que me lanzo al otoño invierno de cabeza. Porque queridas lectoras, una servidora pare a finales de octubre, y mientras el resto trabaja como loca, yo me iré, tranquilamente, con mi bebé y mi baja maternal a Zara!!!! Y es que ya tengo fichada toda su nueva colección y sé perfectamente lo que voy a colgar en mi armario cuando mi cuerpo regrese a la talla 40.

El print salvaje arrasa, pero tengo que decidirme por la falda, el vestido o el pantalón. Creo que será lo primero o lo tercero, de todas formas tengo tiempo para pensarlo.

La firma francesa Balmain ha hecho una colección preciosa, pero claro, no me llega. Zara la ha copiado, casi entera pensando en los bolsillos más necesitados como el mío. Me quedo con estas tres cosas, aunque dudo un poco del top, al que por supuesto hay que añadirle una camiseta blanca debajo.

Me tengo que hacer fijo con esta parka, llevo como dos otoños detrás de una que me guste, y creo que está es la mía.

En cuanto al calzado lo tengo difícil, me gustan estos seis pares de botas y botines, pero si aparezco en casa con todos, estoy segura de que alguien que yo me sé se divorcia fijo. Las rojas me encantan, aunque puede que hasta para mí, sean demasiado cantosas, ¿cuál os van?.

Un fijo es este vestido, me encanta, es precioso. Lo tenéis en este color rosa palo o en azul celeste. A mi personalmente me gusta este por el aspecto de niña buena.

Y por último este pantalón, aunque os confesaré que ya me lo he comprado. Lo tengo guardadito en mi armario, con etiqueta incluído, esperando a que la naturaleza obre su milagro y tras parecer una mesa camilla durante los últimos tres meses, en octubre, vuelva mi cuerpo normal, que aunque no os penséis que es una maravilla, por lo menos, me entran las cosas que me gustan.