arajoyde

La clase política española está a punto de tocar fondo. La fecha está escrita. Será el 20 y 21 de febrero cuando el debate sobre el estado de la Nación se convierta en el debate sobre el estado de la corrupción. Dos días de reproches y de “tú más”. Dos días para retratar la miserable realidad de una clase política enfangada en una interminable serie de corruptelas. El líder de la oposición volverá a pedir la dimisión del presidente del Gobierno. Lo hará con la boca pequeña por mucho que engole la voz y aparente contundencia. Difícil para Rubalcaba maquillar la debilidad moral que supone compartir ideología con los corruptos del “caso campeón” con un José Blanco mucho más cerca del banquillo. O con los mafiosos del PSC que organizan escuchas ilegales a dirigentes de otros partidos. O con los caraduras implicados en los casos de los ERE fraudulentos de Andalucía. A Rubalcaba le lastra su pasado, sus compañeros de viaje y su cuenta corriente.

ARUBAL

El patrimonio del atribulado líder socialista, -más de un millón de euros en activos por mucho que presuma de ganar “sólo” 67.000 euros al año-, será el punto débil en que basará su estrategia defensiva un Mariano Rajoy que repetirá una sarta de frases hechas sobre transparencia y lucha contra el fraude. Silbará el presidente y esquivará como pueda las secuelas de esos papeles de Bárcenas que tarde o temprano comenzarán a cobrarse víctimas políticas. Algunas directamente implicadas y otras simplemente colaterales para salvar la cara de alguien que manda más. Miserable la política y mísera España con un reguero de desahuciados que se deja la vida mientras otros se enriquecen vilmente y sin rubor. El problema de la clase política no es que un dirigente cobre 800.000, 100.000,  o  hasta 200.000 euros al año.

Que lo disfruten si se lo han ganado y pagan sus impuestos. Pero el problema no es ese. El problema es que cobren sobresueldos en negro, que reciban y repartan sobres de tapadillo, que se enriquezcan con comisiones ilegales, que vivan del chantaje y la extorsión o que presuman de impunidad. Al pobre ciudadano español sólo le queda la esperanza de que la Justicia actúe y se lleve por delante a toda una sarta de “chorizos” sin escrúpulos. A España ya no le basta la regeneración. Necesita reinventarse, pasar página y llevar al olvido a quienes nos robaron la cartera y la ilusión. Quizás sea el momento.

EL ESTERCOLERO CATALÁN

aespias

No hace mucho presumían de su oasis. El oasis catalán decían. El ejemplo de tolerancia, “seny” y transparencia. El lugar más europeo de la degenerada España. El más moderno, el más avanzado, el más tolerante, el más culto, el más ejemplar. Han bastado unos cuantos años de tripartito irresponsable y la vuelta de CiU al poder para destapar la farsa de un oasis reconvertido en estercolero. Hoy Catalunya es el paraíso de corruptos, ladrones, mafiosos, chulos y matones. Bandoleros de guante blanco enriquecidos a golpe de atraco al contribuyente. En el antaño oasis se acumulan decenas de casos de corrupción vergonzante. Espionaje entre políticos, evasión de capitales de la familia que ha convertido la “terra” en su reino de taifas, el caso ITV, el caso Pallerols, el caso Palau, el caso Mercurio, el caso Pokémon, el caso mafia rusa….

anoviapujol

Apenas hay rastro del paraíso catalán en una sociedad contagiada, manipulada y muy alejada de la normalidad social. Corrupción e intolerancia se dan la mano en una Catalunya que pide a gritos una nueva transición.