Ha sido la comidilla estos días en periódicos, radios y teles en Washington. La culpa la tiene un nuevo libro: «Los hombres de confianza»,  del periodista y premio Pulitzer, Ron Suskind. Entre otras muchas cosas, cuenta que las mujeres con responsabilidad en la Casa Blanca no se sentían precisamente cómodas entre sus colegas hombres durante los dos primeros años de Obama…

Y esta vez no va de acoso sexual. Ni de comentarios o bromas machistas. Su malestar viene porque, según ellas, se las excluía de las reuniones y de las decisiones importantes. Digamos que se sentían ninguneadas. “Había un ambiente de trabajo hostil para las mujeres”  le dijo al autor del libro Anita Dunn, ex directora de Comunicación de la Casa Blanca, aunque ella ahora aclara que sus palabras se han sacado de contexto.

Obama con Summers a la derecha, Geithner a la izquierda y detrás Christina Romer

Por lo visto y leído, tampoco ayudaba nada la manera de hablar de ellos en las reuniones -con un lenguaje tosco y grosero – o que anduvieran tirándose el balón de fútbol de unos a otros y demás complicidades masculinas. “Demasiada testosterona” ha dicho Christina Romer, entonces presidenta del Consejo de Asesores Económicos de Obama. Tampoco contaron con ella en una reunión relevante. “Me sentí un pedazo de carne” dijo, según recoge el libro.

 

Rahm Emanuel, Lawrence Summers, Tim Geithner y Barack Obama

 

A diferencia de ellas, ellos, además, estaban ya en el equipo de la campaña de Obama y eso une mucho.

El ambiente hostil hacia las mujeres lo propiciaban los roles dominantes de dos hombres clave y de mucha confianza del presidente: Rahm Emanuel, entonces jefe de Gabinete y Lawrence Summers, su ex asesor económico, y  antes presidente de la prestigiosa universidad de Harvard donde le tocó lidiar, por ejemplo, con el creador/es de Facebook. (No sé si habéis visto la peli “La red social”).

Ellen Moran y Anita Dunn, ex directoras de Comnicación de la Casa Blanca

Así que algunas, como la primera directora de Comunicación, Ellen Moran, duraron poco en el puesto, o no encajaron en el sistema y no contaban en los momentos álgidos del día. La Casa Blanca parecía cosa más de hombres aún con mujeres en altos cargos. Hasta que el descontento llegó a Obama. Aconsejado por una de sus asesoras, Valerie Jarrett, quiso escuchar las quejas en una cena sólo con ellas. Doce mujeres. Y ésta es la foto.

 

No hace falta mucho comentario. Dicen que ahora, desde que cambiaron algunos asesores, corren mejores tiempos para las mujeres en el West Wing. Me cuesta creer que en el equipo de Obama también pasen estas cosas. Y me gustaría saber qué piensa Michelle…
PD: Por cierto que Obama creó en 2009 el Consejo de La Casa Blanca para las Mujeres y Niñas para garantizar que las decisiones políticas respetan los derechos de las mujeres. Por algo se empieza.