María baila, no sabemos si alguna vez se negó y qué le dijeron entonces sus «explotadores». Tiene 5 o 6 años y es fácil imaginar que su destino, en 10 o 15 años, era la mendicidad adulta de quienes saben que el sexo forzoso en cualquier polígono industrial es la única alternativa a la muerte.
Una redada policial la ha salvado de la marginación. La pareja que la obligaba a «danzar» para hacer caja, está en la cárcel. Nadie les puede negar su visión «comercial», su casa era una fábrica de pequeños mendigos. En 1993, en un período de cinco meses, inscribieron como suyos a cinco niños. Tres niños más entre octubre de 1994 y febrero de 1995. La mujer figuraba además como madre de otros cuatro hijos. Ellos niegan haber secuestrado a María. Dicen que llegaron a un acuerdo con los padres biológicos, supuestamente una pareja búlgara.
Los agentes calculan que los detenidos sacaban 10.000 euros al mes pidiendo. Sospechan que María es sólo el principio de una investigación que puede conducir a una red de explotación infantil. La Interpol ha recibido más de 8000 llamadas de personas que quieren ayudar a María. Ocho de esas llamadas aportan datos que pueden resultar fiables. Se han recibido desde Estados Unidos, Polonia, Canadá, Suecia y Francia.
Muchas personas han llamado a la línea de teléfono europea para niños desaparecidos (116 000) o se han puesto en contacto con la ONG griega que se ha hecho cargo de la custodia de María, en el número +302107609550 o enviando un correo electrónico a 116000@hamogelo.gr.
Y me quedo con el nombre de esa ONG: La sonrisa del niño, un gesto sagrado que en María era forzado y que ahora podrá recuperar. Un gesto que debería ser patrimonio de la Humanidad.
Es una realidad que tenemos muy cerca.
No hay que ir a Grecia.
¿Que hacemos cuando todos los días vemos a adolescentes con bebés e incluso niños sin escolarizar mendigando en Madrid?
A mí me rodearon y atracaron, me daba igual el valor material, me dieron miedo porque iban armados con un destornillador y un punzón, y eran niños, que pena, la policía no podía hacer nada, no por castigarles, no, sino por escolarizarles y sacarles de esa forma de vida, no conocen otra cosa. Una amiga médico de familia me contaba como a veces asistían partos de nenas de 13 años en la propia consulta, mejor ni imaginar lo que pasa en sus casas. Tengo otra amiga que desde hace muchos años acoge niños en su hogar, ella y su chico son maravillosos, han tenido hijos biológicos, y han seguido acogiendo, no tengo palabras, y ellos dentro de su discrección me han contado los graves problemas que les han hecho desistir de acoger niños pertenecientes a éstos grupos, y eso que están curtidos en situaciones graves, llevan 14 años. Y todo ésto a pocos kilómetros de nuestras casas.
Es una realidad que tenemos muy cerca.
No hay que ir a Grecia.
¿Que hacemos cuando todos los días vemos a adolescentes con bebés e incluso niños sin escolarizar mendigando en Madrid?
A mí me rodearon y atracaron, me daba igual el valor material, me dieron miedo porque iban armados con un destornillador y un punzón, y eran niños, que pena, la policía no podía hacer nada, no por castigarles, no, sino por escolarizarles y sacarles de esa forma de vida, no conocen otra cosa. Una amiga médico de familia me contaba como a veces asistían partos de nenas de 13 años en la propia consulta, mejor ni imaginar lo que pasa en sus casas. Tengo otra amiga que desde hace muchos años acoge niños en su hogar, ella y su chico son maravillosos, han tenido hijos biológicos, y han seguido acogiendo, no tengo palabras, y ellos dentro de su discrección me han contado los graves problemas que les han hecho desistir de acoger niños pertenecientes a éstos grupos, y eso que están curtidos en situaciones graves, llevan 14 años. Y todo ésto a pocos kilómetros de nuestras casas.