Entiendo Twitter como un maravilloso espacio de libertad individual y colectiva. Y entiendo mi libertad en la medida en que respeta a los demás. Ni jueces, ni políticos, ni policías, ni empresarios, ni periodistas están por encima de la Ley. Y por supuesto Twitter tampoco. No sé qué hay de libertad de expresión, -por ejemplo-, en los tweets que amenazan de muerte. ¿Eliminarlos es censura? ¿Es censura borrar los mensajes que hacen apología del delito? Admito respuestas.

Regular el uso de las redes sociales es casi tan difícil como acotar donde termina el derecho a la propiedad intelectual y donde comienza el de los usuarios en Internet. 

Lo sencillo para quien se baja o piratea una película o una canción,- curioso eufemismo cuando se trata de un hurto -, es recurrir a la libertad de expresión. 

Libertad de expresión frente al derecho a la propiedad privada de los creadores. Bonito debate con o sin ley SOPA, con o sin ley Sinde-Wert.

Bonita polémica que se han empeñado en ensuciar los miembros del colectivo Anonymous. 

Hasta hoy se limitaban a tapar su rostro con caretas mientras alternaban protestas con el hackeo de páginas web. Hasta ahí asumible con reservas. Publicar, – amparados en el anonimato-, datos personales de quienes consideran enemigos es simplemente cobarde. Sus amenazas suenan a las del matón de colegio. Con una salvedad, el matón de la escuela daba la cara.

MARIANO, TENEMOS UN PROBLEMA

Era sólo una posibilidad hasta el pasado miércoles.Ahora ya no. Ahora es real. Francisco Camps ,- el hombre obligado a dejar lapresidencia de la Generalitat Valenciana por un puñado de trajes -, ha sidoabsuelto de un delito de cohecho pasivo impropio.

Respiran Camps y su entorno al tiempo que contienen larespiración Mariano Rajoy y Alberto Fabra.

Alguien muy próximo al presidente debió decirle elmiércoles 25 de enero por la noche: «Mariano, tenemos un problema».La inocencia de Camps,- por 5 votos a 4-, le legitima,- eso cree él-, paravolver a la primera línea política. Sus mayorías absolutas, un entorno pocoautocrítico y su perfil de «iluminado» le tientan para dar batalla yexigir la restauración del honor perdido. Hay miedo en Génova y Moncloa y pavoren la presidencia valenciana porque un Camps «echado al monte»  es una bomba de relojería. 

Él va a esperarpero no demasiado. Si no recibe pronto una oferta que le satisfaga dará guerra.Rajoy, de momento, gana tiempo y no suelta prenda. 

Parece casi imposible suvuelta a la presidencia valenciana pero Camps no se conformará con cualquiermigaja. Presidir una gran empresa pública o ser embajador ante la Santa Sede puedenser salidas más o menos dignas para un hombre que sigue pensando que DonMariano está en deuda. Cree que sin su apoyo nunca hubiera ganado el Congresodel PP y sostiene que sin su respaldo hoy no sería  presidente del Gobierno de España. Y puede ser cierto. Ahora esMariano Rajoy quien debe mover ficha. 

La absolución de Camps es un «regaloenvenenado» porque el horizonte judicial viene con nubarrones. Lafinanciación irregular del PP y lasrelaciones valencianas con Iñaki Urdangarín pueden dar, darán, más sorpresas ydisgustos. Por eso, Mariano tiene un problema. Sobre todo si vuelve a apostarpor Camps.

EL ERROR DE CARME

Un error infantil, un fallo imperdonable que le puedecostar la secretaría  general del PSOE.Carme Chacón está preparada para liderar el Partido pero no por su sexo. Estálista para pilotar la travesía del desierto socialista pero no por ser mujer.Su entorno ha reaccionado con un nerviosismo impropio de quien aspira, a medioplazo, a presidir el Gobierno de la nación. 

Mientras Rubalcaba recibía el apoyode la leyenda viva del PSOE, Chacón optaba por buscar el apoyo de las mujeres. 

«Votadme porque el paso que he dado nos concierne a todas», decía. 

No, Carme. 

Lo sensato hubiera sido decir «votadme porque soy la mejorpreparada para liderar el Partido». Volver a las cuotas y a la paridad malentendida y hacerlo de la mano de la mujer que siempre antepuso el género altalento es un error, un tremendo error, que va marcar los últimos días decampaña interna. Carme lo tenía casi hecho y le han comenzado a temblar laspiernas sólo con la visión de Felipe González junto a Rubalcaba. Contra programar con Teresa Fernández de laVega no parece suficiente.

Aquí os dejo mi recomendación musical de la semana. Podéis seguirme en @intruso_el