Infinidad de cosas. Desde ayudar en la biblioteca, hacer de guía en un museo, repartir comida o pintar las paredes de un colegio como en su día hizo hasta el mismísimo Obama. Ser voluntario en Estados Unidos es un grado, un motor social que hace posible muchas cosas…


…Y va más allá de una ONG o una causa benéfica. Está en su cultura, en la convicción de devolver a la sociedad lo que has recibido de ella porque apenas existe el estado de bienestar. El estado no cubre todas las necesidades. Es la gente la que dedica su tiempo y dinero al bien de la comunidad. «Give back to the society».
Sin ir más lejos, en los colegios. La diferencia de calidad entre unos centros públicos y otros la marcan los padres, su implicación y su dedicación en esfuerzo y por supuesto, en dólares. Desde que he llegado a Washington he oído mucho que «este colegio es muy bueno porque los padres están muy encima y colaboran mucho».

 
Difícil equilibrio, pensé, entre el equipo directivo-docente y los padres que a veces metemos el hocico en todo y no siempre acertadamente. Aquí funciona. Cada uno sabe cuál es su papel y se respeta. El colegio llama a la puerta de los padres y los padres no sólo responden. Toman iniciativas. ¿En qué? Lo que haga falta.

 
Me ha tocado estar en clase, hacer de guíacuidadora en un «field trip», vamos, la excursión de toda la vida. Me ha tocado ayudar en celebraciones varias,-ahora llega Halloween-, maquillar para una obra de teatro, coser disfraces, preparar el escenario, ayudar en el comedor, enseñar español y me ha tocado también mirar cabecitas de un curso y otro por si albergaban..¡piojos!.

Sentí cierto repelús. Luego lo optimicé pensando qué buena forma de prevenir una plaga de esos bichitos tan molestos y repulsivos. Por cierto, que una madre empezó así y terminó haciendo una profesión de su habilidad para detectar y acabar con el parásito. Se llama Karen Franco y el Washington Post le dedicó un reportaje. A 85 dólares la hora de despioje y le da para vivir. Dejó su otro trabajo de profesora. Aquí la teneis en plena faena.

Volvamos al voluntariado. También son voluntarios los entrenadores de los equipos escolares de fútbol. Padres que dedican su tiempo y energía cada semana y no reciben un centavo a cambio.

Pero lo que hace furor en el mundo del voluntariado americano es organizar y ayudar en los famosos «fundraising» o actos para recaudar dinero. Para lo que sea, para el colegio, el partido, una causa benéfica, luchar contra una enfermedad,construir una zona de ocio…y en esto los americanos son un 10. Montan lo mismo una fiesta que una subasta -donando ellos o consiguiendo los bienes por los que se puja-, una exposición, un muscial o venden pijamas y se movilizan y recaudan, vaya si recaudan.Y la gente responde. Impresionante. 

Estados Unidos tiene más de 62 millones de voluntarios. Casi el 27 por ciento de la población. El número uno, el estado de Utah con más del 44%. A la cola, el de Nueva York, con un 20%. No importa la edad. Los mayores también cuentan. Los parques nacionales, por ejemplo, están llenos de jubilados que lo mismo dan información que venden souvernirs. 


Curioso también ver que, por poner otro ejemplo, el banco donde te sientas en el parque está dedicado a una persona, anónima, que con su donación lo hizo posible, o lo mismo los ladrillos de una acera o un huerto…

 

 
Como dijo John F. Kennedy «no te preguntes que puede hacer tu país por tí, pregúntate que puedes hacer tú por tu país». Y aquí empiezan por lo y los que están más cerca.

Pd: aquí va la web del voluntariado made in USA por si alguien se anima www.serve.gov