La nueva ley del aborto estará lista antes de que termine este mes de octubre. Una nueva reforma que hará más complicado a las españolas interrumpir un embarazo. Todas las normas son discutibles pero hay algo en la visión del ministro de Justicia que se acerca al fanatismo: obligar a las mujeres a parir fetos inviables, con gravísimas malformaciones o enfermedades incurables es inhumano.
Esa era al menos su intención inicial y la justificaba en una entrevista: «No entiendo que se desproteja al concebido, permitiendo el aborto, por el hecho de que tenga algún tipo de minusvalía o de malformación. Me parece éticamente inconcebible que hayamos estado conviviendo tanto tiempo con esa legislación». Aquí la cuestión es que lo que le parezca al ministro es irrelevante. Él tiene una visión personal y religiosa absolutamente respetable pero con la que ha decidido legislar a una sociedad laica.
A la vicepresidenta del Gobierno no le gustó el planteamiento y dejó entender en el mes de mayo que se mantendría el supuesto por malformación. Casualmente ese mismo mes Gallardón cambió la palabra “malformación” por “discapacidad” y sugirió que la ley distinguiría entre malformación gravísima y discapacidad. De los 118.359 abortos que se produjeron en 2011 en España, solo el 3% (unos 3.600) fueron por problemas de salud del feto; de estos, 356 entraban en la categoría de anomalías gravísimas e incurables.
El supuesto de malformación fetal fue avalado por el Tribunal Constitucional en 1985. El PP, sin embargo, sostenía en su recurso de 2010 que la situación es diferente porque ahora hay una Ley de Dependencia para ayudar a los discapacitados y a sus familias. Lo que está claro es que se volverá a un sistema de supuestos como el de 1985, en lugar del modelo de plazos actual (en el que durante las primeras 14 semanas se puede abortar sin alegar motivo) y que se suprimirá el derecho de las menores de 16 y 17 años a abortar sin consentimiento de sus padres.
Desde hace 25 años en España se puede abortar en caso de violación, de malformación hasta la semana 22 y en caso de riesgo grave para la salud física o mental de la madre. Este último supuesto es el que ha permitido a muchas mujeres y adolescentes interrumpir el embarazo. La ley actual, unan normativa de plazos que equipara el modelo español con la legislación de otros países de Europa, como Holanda o Francia, permite abortar sin dar explicaciones hasta la semana 14 de gestación. Entre las semanas 14 y 22 de embarazo, la ley permite abortar únicamente por “grave riesgo para la vida o la salud de la madre o el feto”. En Europa sólo Irlanda, Andorra, Liechtenstein, Malta, Mónaco y San Marino obligan a las mujeres a seguir adelante en caso de malformación. Poco más hay que decir. Este mes saldremos de dudas y os contaremos aquí, en el Universo de Martina, como queda la ley.
Curioso que desde el Gobierno se amparen en la Ley de Dependencia cuando ésta ha sufrido severos recortes en el último año.
Esto no deja de ser un «este Ejecutivo piensa diferente al anterior» que lleva a cambios sistemáticos cuando cambia el Gobierno de turno. Va en camino de seguir los pasos de las enésimas leyes educativas que no han hecho más que mermar la calidad de la educación.
Curioso que desde el Gobierno se amparen en la Ley de Dependencia cuando ésta ha sufrido severos recortes en el último año.
Esto no deja de ser un «este Ejecutivo piensa diferente al anterior» que lleva a cambios sistemáticos cuando cambia el Gobierno de turno. Va en camino de seguir los pasos de las enésimas leyes educativas que no han hecho más que mermar la calidad de la educación.