Es Pierre Omidyar, nada menos que el dueño de eBay que le ha dado una fortuna de nueve mil millones de dólares. Estoy con él, no por el dinero que ha ganado con su idea (por qué no se me ocurrirán a mí..) sino por el nuevo proyecto en el que anda trabajando. Aún está por definir del todo pero no puedo compartir más su fin. Crear un medio de comunicación dedicado exclusivamente a la investigación periodística con mayúsculas. Nacido para ser el vigilante de la democracia y de los gobiernos. Lo que aquí llaman un «watchdog».
Además de otras cosas, Omidyar cree en la transparencia y en el buen periodismo como pilares del sistema. Hace unos meses ya estuvo barajando hacerse con «The Washington Post» que terminó comprando el fundador de Amazon. Ya entonces, reconoció Omidyar, estuvo muy interesado en ayudar al periodismo independiente y decidió que por qué no, crear una nueva empresa desde el principio, donde él pudiera formar parte e involucrarse, al margen de sus otros proyectos filantrópicos.
Para esta nueva aventura, pone de momento 250 millones de dólares y un fichaje. El periodista de «The Guardian», Gleen Greenwald, que destapó el caso Snowden y la vigilancia masiva de la Agencia de Seguridad Nacional. Al dueño de eBay le preocupó mucho lo que estas revelaciones demostraban. La absoluta impunidad de los servicios de espionaje y la absoluta indefensión del ciudadano. Su nuevo proyecto suena a mucho compromiso y apunta lejos:»quiero encontrar vías para convertir a los lectores convencionales en ciudadanos comprometidos. Creo que se puede hacer mucho en este sentido y hay que explorar las posibilidades» ha dicho. Ojalá.
Omidyar nació en Paris hace 46 años, en una familia de origen iraní que pronto se trasladó a Estados Unidos. Aquí creció Pierre y se convirtió en quien es. Con 31 años ya era millonario. Él y su mujer son conocidos filántropos que fundaron «Omidyar Network» en 2004. Una «empresa» encargada de ayudar a organizaciones innovadoras a mejorar la calidad de vida de las personas, favorecer el desarrollo económico, impulsando la microfinanciación, la transparencia del gobierno y los medios de comunicación. Organizaciones como el «Centro para la Integridad Pública», «The Sunlight Foundation» o «The Democracy Fund». También creó «Honolulu Civil Beat» un medio sobre la información en Hawai donde vive con su mujer.
Así que no le viene de nuevas esta inquietud que ahora quiere convertir en su propio medio que será, por supuesto, digital. Le mueve además, dicen los que le conocen y han trabajado con él, su fe en que la nuevas tecnologías cambian el mundo y pueden mejorar la política y los medios de comunicación. Cree en la justicia social, en el interés público, la búsqueda de la verdad y en controlar la influencia del dinero en la política.
Dicen que no responde al perfil estereotipado de nuevo rico. Le describen como un hombre modesto y humilde, de tranquilo carácter pero con un interés muy firme en las causas que elige. No es pretencioso ni lo parece. No se le conoce, al parecer, inclinación política.»No es político en el sentido que pueda entenderse en Washington. Creo que simplemente cree en la transparencia como la vía para conseguir la justicia, la libertad y gobiernos democráticos» ha comentado la cofundadora de una de las organizaciones, The Sunlight Foundation, a las que ayuda Omidyar.
En plena crisis de los medios convencionales de comunicación y en un momento que toca reinventarlos y adaptarlos a las nuevas tecnologías y tendencias, la idea de Omidyar viene como caída del cielo para muchos. Nos interesan filántropos como él. Con medios y dinero para invertir y rescatar al llamado cuarto poder, tan necesario. Hay otros millonarios que ya se apuntaron a este interés por los medios: Warren Buffet, Jeff Bezos o Marion Sandler que financia ProPublica, una agencia de noticias de investigación y reportajes de la que ya he hablado aquí.
Esto me gusta de Estados Unidos. La mentalidad que tienen muchas de las grandes fortunas de invertir parte de su dinero en filantropía, en ayudar a la sociedad, en crear proyectos y fundaciones de las que se beneficia mucha gente. Qué satisfacción debe ser tener dinero suficiente para poner en marcha proyectos que dan tanto.
Espero que el de Omidyar triunfe, sea un impulso al buen periodismo y a quienes ejercemos esta profesión tan contaminada por intereses empresariales y políticos. ¿Es sólo un idealista más? No sólo. Es un idealista con medios, dinero y voluntad. Larga vida a ideas como la suya.
Me sumo.
Me sumo.