No me lo puedo creer. Llevo díasasombrado por las reacciones que ha provocado la decisión de Soraya Sáenz deSantamaría de renunciar a su baja de maternidad para incorporarse a su trabajodiario. Lo peor no son las críticas sino de dónde vienen. El más ranciofeminismo mal entendido pretende dar lecciones a quien -con un par-, hatomado una decisión que es suya y sólo suya.
Parte de quienes durante años se echarona la calle al grito de «nosotras parimos, nosotras decidimos»cuestionan a una mujer cuyo único delito ha sido simplemente decidir. Decidirqué quiere hacer y cómo quiere hacerlo. La postura de Soraya -más allá derespetable- es, pese a quien pese, un paso más en la lucha por la igualdad.Ella no renuncia a un derecho adquirido tras décadas de lucha. Lo ejerce ysitúa a la mujer en el plano que estuvo reservado para el hombre durantesiglos. Nadie cuestiona a un varón que se incorpora  al trabajo 3 días después del nacimiento de su hijo. ¿Por qué a Soraya sí? 


Solo una menteretrógrada, anticuada o políticamente malintencionada puede usar ese falazargumento para torpedear la imagen deuna mujer que está llamada a asumir importantes responsabilidades en el nuevoGobierno. No sé si será vicepresidenta en primera instancia o deberá conformarse con unministerio de menor enjundia.

Es razonable que Rajoy esté tentado de no»quemarla» en los primeros meses de una legislatura que va a ser muydura por las drásticas medidas y por la contestación social en la calle.
No sepuede descartar que el presidente «in pectore» apueste por un perfilmuy técnico  en el gabinete y se guardepesos pesados para la primera remodelación. 
Es probable que Soraya se quedecomo ministra -¿Justicia, Interior o Sanidad?-, y que el propio Gallardón sequede fuera del Gobierno -¿presidente del Congreso quizás?-, a la espera detiempos mejores.
Eso es probable pero lo seguro es que ambos, Soraya yGallardón, escribirán el futuro del Partido Popular.

DE MUJER A MUJER

Futuro con nombre de mujer en losconservadores y posiblemente también en los socialistas . Soraya ha sido madrea punto de ser ministra. Otra mujer lo fue cuando ya lo era. Hablo de CarmeChacón.

La persona llamada a liderar el nuevo socialismo que saldrá,- si no enideas, sí en personas-, del próximo Congreso Federal.
Hace tiempo queChacón decidió luchar por la secretaríageneral del Partido. Exactamente el mismo día en que desde su coche oficial recibía- en el móvil-, mensajes dealiento que la dejaban al borde de las lágrimas. Ese día se dirigía  a la sede socialista para confirmar, apetición expresa de Zapatero, que no se presentaría a las primarias . 


Elpasado 26 de mayo ya decidió que daríala batalla por el control del Partido. Quería revancha. Rubalcaba le ganó laprimera batalla pero ella no desesperó. 


Intuía el desastre en las urnas y diseñaba su estrategia pensando que su rivalpor el liderazgo estaba en Euskadi. Enfrente esperaba tener a Patxi López perola debacle socialista fue mayor de la esperada en el País Vasco y cambió la hoja de ruta del bueno del lehendakari. 
Chacón no tendrá enfrente a López y a la espera de la tercera vía piensa enRubalcaba como rival. Y lo hace con los puños cerrados y el cuchillo entre losdientes. Ella va a por todas. 


El fracasado cartel electoral se lo estápensando pero no lo tiene nada fácil. Quiere pero no puede. Le encantaría serel nuevo hombre fuerte del Partido pero empieza a tantear apoyos y no les salenlas cuentas. Es muy díficil, – y él lo sabe-, que alguien que no cuenta con elapoyo de las todopoderosas Federaciones de Catalunya y Madrid llegue a lasecretaría general. La derrota del 20 N ante Rajoy fue dolorosa. El eventual KOante Chacón sería algo más. Sería , -a ojos de Rubalcaba-, una humillación entoda regla. 
El Intruso no descarta, por tanto, unamujer al frente de PSOE como tampoco ve imposible que otra suceda a medio plazoa Rajoy.  
Chacón y Soraya. Soraya yChacón. Eso sí es luchar por la igualdad. Sus hijos, seguro, estarán orgullosos de ellas. Lucha degigantes con nombre de mujer y una pequeña excusa para recuperar uno de lostemas emblemáticos de  «NachaPop».


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