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Cayó en mis manos por casualidad. Buscaba algo que leer en vacaciones y el título me llamó la atención. No conocía a Caitlin Moran, columnista y crítica de televisión en «The Times». Me lo llevé a casa y  me he reído mucho, me ha sorprendido, «cabreado»,  escandalizado, exasperado… Es una mezcla de memorias y manifiesto del nuevo feminismo, «versión pop», con fragmentos gloriosos…

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Caitlin es experta en cultura pop, escribió en una revista musical británica y ha llenado el libro de referencias a canciones y grupos, películas y series. Ese es uno de los escollos para el lector poco aficionado a estos temas pero tranquilos porque, afortunadamente, la traducción de Anagrama logra hacer comprensible cada cita con las notas aclaratorias. La historia, su historia, arranca cuando tenía 13 años y huía de los «matones» de su barrio que disfrutaban riéndose de sus kilos de más. A partir de ahí, y siempre con sentido del humor, nos habla de su teoría del feminismo, de como las mujeres «debemos defenderlo como si fuera un partido de rugby, con el rostro hundido en el barro» porque «si vivimos en un ambiente donde se considera desagradable el vello púbico o se ridiculiza constantemente a las mujeres famosas o poderosas por estar demasiado gordas o flacas, o por ir mal vestidas, la gente empezará a colarse en el interior de las mujeres y encenderá fogatas allí».

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Y entonces repasa su vida, desde la niñez cuando creía que la regla era opcional, hasta el primer amor, la pareja real, los hijos y sus dolorosísimos partos, el sexo, la pornografía (el tema que menos me interesó), el aborto -cuenta su propia experiencia- y pasa de la seriedad más absoluta a la frivolidad de la moda, de la importancia de comprarse un bolso de 600 libras, de cómo elegir un sujetador o del trato de la prensa a las celebridades con anécdotas como una entrevista que ella misma hizo a Lady Gaga y que terminó en un club privado no en muy buenas condiciones. Creedme que pasaréis por baches y puede que os apetezca dejar de leer pero si «entráis» en su sentido del humor británico disfrutaréis. No hay filtros en su relato, nada es políticamente correcto. Y, por cierto, si eres hombre y te atreves a leerlo alucinarás. Es como entrar en una reunión de mujeres que hablan de TODO. La historia se va a llevar al cine y si queréis dar vuestra opinión a la autora podéis hacerlo a través de Twitter en @caitlinmoran