Lo dice el refrán: «rectificar es de sabios» y yo voy a ser muy sabia y lo voy a hacer, rectifico, ¡los Premios Goya del cine español tienen un nivelazo! ¡que a gusto me he quedado!

El domingo, pegada a la televisión, viendo la alfombra roja (que ya sabéis lo que me gusta a mi una buena pasarela de cine y moda) iba asombrándome, daba palmaditas con las orejas e incluso, di un grito y alguna lagrimita de emoción cuando apareció Elena Anaya con un maravilloso Lanvin y un pájaro XXL precioso al cuello.

Las jóvenes promesas del cine español, recién salidas de las series de televisión, son más de la calle Fuencarral de Madrid que de la Milla de Oro, son más de Converse que de tacón, pero la noche de los Goya se lo tomaron como su «puesta de largo» e interpretaron el papel de actriz sobre alfombra roja, de premio. Así fue Michelle Jenner y Clara Lago, ambas han dejado atrás su niñez, y parecían princesas, vestidas por Zuhair Murad.

Las actrices veteranas en esto de lucir modelito optaron por grandes firmas extranjeras como Cayetana Guillén Cuervo y Dáfne Fernández vestidas por Óscar de la Renta.



Otras por moda italiana, como Verónica Echegui y Salma Hayek, de Gucci. Claro que la actriz mexicana está casada con el dueño de la firma, no podía ir vestida de otra cosa.



Me gustaron mucho los distintos estilos, distintas mujeres en estado puro. Me refiero a una ˝babydoll˝ como María Valverde en un color nude, suave, delicado, firmado por Dior. Y una Juana Acosta sexy, salvaje, radiante, con un vestido negro de Paco Rabanne. Las dos sublimes y las dos completamente distintas.



También hubo moda Made in Spain, pero de la buena, de la bien hecha, de la de diseñadores que aman a las mujeres que visten e intentan que sean las más bellas de la fiesta. Como Toni Acosta con un maravilloso diseño de Dolores Promesas o Leonor Watling con un vestido rojo que Miriam Ocáriz hizo pensando en ella.



Pero que no me he vuelto loca y todo lo del otro día me apasiona. Equivocaciones hubo y cosas feas también. Lo de Victoria Abril no tenía nombre, y lo de Melanie, aunque se lo perdonamos por el cariño que le tenemos, era muy propio para el carnaval que estamos viviendo.


Y cuando ya pensaba que la alfombra roja había sido casi perfecta: ni un sólo diseño de Davidelfín en el horizonte, aparece Carme Chacón vestida con un «nosesiesunabrigoounvestido» del malagueño. La derrota en el Congreso del PSOE le ha debido afectar, y mucho.