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Se ha guardado un momento de silencio. Se han encendido velas. Se ha respetado la intimidad pedida por las familias. Un recuerdo demasiado doloroso aún para tener que soportar, además, la presión y la intromisión de los medios. Newtown no olvida a los suyos, especialmente a los 20 niños que murieron víctimas del tiroteo en su colegio, pero pide que no se recuerde a este pueblo por lo que pasó hace un año.

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No hay mucho que añadir a todo lo que ya se ha contado de aquella matanza y los detalles del informe policial sobre el  tirador, Adam Lanza, un joven de 20 años, solitario, con síndrome de Asperger, que aún viviendo con su madre en la misma casa, sólo se comunicaba con ella por correo electrónico. Con una obsesión desmedida por los tiroteos en masa y los juegos de matar, hasta que debió decidir protagonizar el suyo propio. Para remate, lo de coger un rifle lo tenía muy fácil. En su propia casa. Su madre era aficionada al tiro y las armas y fomentó esta actividad en su hijo. Ella fue su primera víctima. Después llegó lo demás.

De todo lo que los medios americanos publican en este primer aniversario, os destaco estos dos gráficos publicados por «The Washington Post»  para no olvidar que los de Newtown no son los únicos niños víctimas de las armas en Estados Unidos. En un año, han muerto 71 más por disparos. En total, 91.

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Sin contar los 20 niños de Newtown, más de la mitad de los tiroteos se produjeron en la propia casa de los niños. Este otro gráfico, recoge el perfil de los autores de esos disparos.

photoEn 63 casos, los que mataron por disparos a niños sufrían algún tipo de enfermedad mental. Un problema que se agrava por cómo es aquí el sistema sanitario, donde si no tienes un seguro médico, estás perdido.

En 37 de las 71 víctimas (no cuenta Newtown), el tirador fue un miembro de la familia( padre, madre o un tío del menor).

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Una año después, estremece y conmueve recordar lo que pasó y escuchar a los padres de algunas de las víctimas, ponerse en su lugar e intentar responder a la pregunta que nos hacemos todos. Una vez más.

images Poco han cambiado las cosas desde ese 14 de diciembre de 2012. Las estadísticas sobre víctimas de tiroteos intencionados o fortuitos siguen creciendo en este inmenso país, donde comprar un arma es todavía demasiado fácil para la mayoría, estén en sus cabales o no. Donde cuestionar el derecho a poseer una pistola genera tanta suspicacia y ofende tanto. Triste panorama.

Hace un año, mi artículo fue aquí también para las víctimas de Sandy Hook.