Yganó Rubalcaba. Victoria ajustada pero suficiente. Más que suficiente paradiseñar el futuro desde el pasado. La política se parece cada vez más a lamoda. El 38º Congreso del PSOE ha sido un «déjà vu». Vuelve la viejaguardia como cíclicamente regresan los modelos de los años 60 ó 70. Sería sólouna anécdota si no estuviéramos hablando de un partido imprescindible para la vertebración de España.

Lossocialistas podían optar por el regreso al pasado de la mano de un políticoexperto y maquiavélico o por la bisoñezde una mujer que simbolizaba la renovación moderada. Y optaron por el regreso alas catacumbas.
Cerraron filas con el pasado en un gesto que bien parece undisparo en sus propias rodillas.
Todo el poder del partido para el hombre quenegó los GAL junto a Felipe González yque tapó el «caso faisán «al lado de Zapatero.
Las riendas para el hombre que llevó al socialismo a undesastre electoral sin precedentes con unos exiguos 110 escaños.
Elcónclave socialista lo han ganado Rubalcaba, Felipe, Patxi López, PatxiVázquez, Oscar López, Elena Valenciano y el grupo PRISA en la misma medida quelo han perdido Chacón, Griñán, TomásLópez y Mediapro. Gana «El País» y pierde «Público». Ganael pasado, pierde el futuro.
Losdirigentes socialistas salen del Congreso con deberes. Tienen varias semanaspor delante para proclamar a quien les quiera escuchar que su partido es mássólido y fuerte. Varias semanas de armisticio antes de que estallen lashostilidades de verdad.
Porque nadie duda de que el ganador «pasará acuchillo» a todos y cada uno de los que considera traidores.
Semanas detregua hasta que las urnas den su veredicto en Asturias y sobre todo en Andalucíadonde la situación de José AntonioGriñán se antoja «kafkiana».
Su nombramiento como presidente del Partido suena más a un intentodesesperado por retener el poder andaluz que a un gesto de generosidad delganador del Congreso.
Rubalcabaganó por un puñado de votos porque así lo quisieron los delegados socialistas yporque Chacón culminó la última semana de campaña con una sarta de errores.»El Intruso» lo advirtió el pasado lunes. A Carme le temblaron laspiernas en el peor momento. Justocuando los ganadores sacan lo mejor de sí mismos y cuando los perdedores sedesinflan. Se equivocó en el mensaje y, sobre todo, en el tono. Tiró deentrañas para tocar la fibra sensible del respetable y erró de plano.
El recuerdo a su abuelo, el tonomitinero, la sobreactuación y la lágrima fácil hicieron el resto para perderuna cita que llegó a tener ganada.


Aún así tiene futuro porque es muy joven ypodrá tener otra oportunidad. Ahora falta saber si Rubalcaba -además de líderdel Partido-, es cabeza de cartel electoral o si por el contrario rompe unanorma no escrita y abre la bicefalia para que sea otro el candidato. Si es asíya sólo queda un nombre en el tintero. El de Patxi López.

ELCAPRICHO DE CASCOS



Hay actitudes que definen aun personaje. Él aparentó siempre soberbia y la demostró en múltiplesocasiones. Pero esta vez ha ido demasiado lejos. El antiguo secretario generaldel PP -o general secretario según quienes le sufrieron-, ha dado una nueva lección de prepotencia,chulería e irresponsabilidad al convocarelecciones anticipadas en Asturias. Sólo 6 meses después de llegar alpoder emplaza a los ciudadanos a volvera las urnas sólo porque no le salen las cuentas. No le salen “sus” cuentas. No entiende que la Democracia esesto. Gobernar en minoría cuando no se puede de otra forma y tener cinturapolítica. Algo de lo que escasea. La decisión de Francisco Álvarez Cascos sería poco entendible enun momento de bonanza económica y resulta estúpida e intolerable en una coyuntura de crisis como la actual.

Cascos condena a sus ciudadanos aderrochar cerca de 3 millones en lacita electoral mientras les sigue exigiendo sacrificios. Supongo que lo hacebien porque espera lograr una mayoría absoluta -cosa poco probable-, o bienporque prepara dar el portazo si quien gana los comicios es el PP. Volvió a lapolítica por capricho, gobierna a golpede capricho y se irá por un capricho.


Y de recomendación musical de la semana, la misma canción que ha elegido Carme Chacón para saludar a sus seguidores en Twitter y empezar el primer día post 38º Congreso.


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