Cuando hago para mi revista el especial tendencias de cada temporada, sufro durante unos días la tristeza de no poder llenar mi armario con esas maravillas, por culpa de tener una cuenta corriente más bien corta.

Durante estas jornadas de trabajo, en las que desde mi ordenador me siento en las primeras filas de las Semanas de la Moda de Nueva York, París, Milán o Londres, mis dientes se afilan, mi lado de pija del Barrio de Salamanca desarrolla todo su ser, y las ansias de gastarme un mes de hipoteca en un bolso, se convierte en una obsesión.
Desde hace un par de años mi frustración ha encontrado consuelo. Pasarelas y marcas low cost han dejado de desfilar por separado para ir ya de la manita.


Mirad mis sueños hechos realidad de esta temporada de verano:


Los pantalones de pata ancha de color verde capri diseñador por Jill Sander, han sido el hit de la temporada para todas las revistas femeninas. ¿Quién pudiera lucir unos con una camiseta de tirantes blanca de algodón? ¡Pues yo! que emoción cuando llego a Zara y me los encuentro, allí esperándome, en mi talla, por 39,90 euros.



Las expertas en el mundo de la moda se volvieron locas alabando las propuestas en rayas que Marc Jacobs hizo en su desfile: vestiditos de algodón, sencillos y ligeros, para ir a la playa tan mona, ¿su precio? 250 euros. ¿Los quieres? En Pull&Bear los tienes por 12 euros, ¿iguales? no, en más colores.



Si alguna me lee cada miércoles – gracias Mamá eternamente agradecida- sabe que adoro el tul. Mi sueño es un vestido con capas y capas de tul, y el desfile de primavera verano de Chloé estaba lleno de este téjido mágico. Sacaron un vestido en color nude plisado, alucinante, lo tengo en mi armario, y en lugar de poner Chloé, pone Mango, pero eso lo sabemos tú y yo. Estaba esperando a comprarme las bailarinas a juego, pero justo este mes las regala la revista ELLE.

Creo que el caso más fuerte que he visto esta temporada es el de esta camisola de Blanco, copia total de la que Emilio Pucci creo para su desfile. Esta no me la he comprado, demasiada cuerda para mi, Pucci no es mi rollo, pero es alucinante.

La pregunta de ¿quién copia a quién? es un poco como la del huevo y la gallina. En realidad la respuesta me es indiferente, y aunque las grandes firmas patalean y se quejan, esto es imparable, y yo, con mis ganas de ir a la moda, lo agradezco, y mi hipoteca, mucho más.