Primero fue su niña, después el IVA de los chuches y ahora la cosecha. Trilogía de frases que marcarán el epílogo político de Mariano Rajoy. La cosecha llegará dice el presidente que parece añorar el lejano anuncio de los 80 de las bodegas Domecq . “Por fin llegó la cosecha, llegó la cosecha hermano” proclamaba ese canto a la tierra convertido treinta años después en cantinela de un presidente trasmutado entre el pesimismo de hace apenas dos semanas y el optimismo forzado de su última comparecencia parlamentaria.
Quizás Rajoy debería aprovechar ese apretón de optimismo para sacar arrestos y limpiar de incompetentes su Gobierno. Ahora es fácil. Mucho más sencillo después de “retratar” a su ministro de Educación obligado a dar marcha atrás en una Ley rechazada por buena parte del tejido social y de la comunidad educativa. Los detractores de Wert son tantos como los que piensan que a Fátima Báñez y a Cristóbal Montoro les viene muy grande el cargo.
Los mismos que consideran que la situación de una ministra de Sanidad contaminada por la corrupción de su exmarido es insostenible. Es evidente que jubilar anticipadamente a Wert, Báñez, Montoro y Mato no soluciona ni la crisis, ni el problema del paro. No lo arregla pero ayuda. Moralmente siempre ayuda saber que el número de incompetentes entre quienes nos gobiernan es menor.
Y EL QUE FALTABA
Hay quien no termina de enterarse de que cuando alguien asume la responsabilidad de formar parte de un Gobierno, – bien sea de una nación, ayuntamiento o hasta una comunidad de vecinos,- tiene la responsabilidad y la obligación de trabajar para todos y no sólo para quienes piensen cómo él. Esta semana el ministro del Interior comparaba el terrorismo de ETA con el aborto. La afirmación es grave pero no tanto como el hecho de que la pronuncie alguien que se arroga la capacidad de utilizar su cargo para trasladar su ideología personal. El señor Jorge Fernández debe saber que cobra como ministro del Interior de todos los españoles y no sólo de quienes comparten sus creencias religiosas o sus postulados más conservadores.
Sin comentarios