Se llama Jihad, es periodista de la BBC árabe y llora a su bebé de 11 meses. Murió en un ataque de la aviación israelí a Gaza. La imagen ha sido portada del «Washington Post» y de otros muchos medios. Yo la miro y lo único en lo que puedo pensar es en que no puedo ver sufrir a un niño. Es algo que me supera y que, parece de perogrullo, pero es evidente que hay personas a las que no les importa que los niños sientan terror o se mueran desangrados.
Cuando tuve hijos cruce una delgada línea que me hace ver la cara de los míos en cada una de las pequeñas víctimas de conflictos como el de Gaza. Es evidente que los terroristas y los políticos no deben tener ese «problema» o si lo tienen disimulan fenomenal porque lo que está pasando en Gaza vuelve a demostrar que la edad de los que mueren importa poco.
Al margen de los grandes llamamientos Unicef y Save the Children recuerdan que las familias no tienen ni siquiera la posibilidad de huir porque la ciudad está cercada. Así que se encierran en casa con niños que en muchos casos ya están malnutridos a esperar que la siguiente bomba no les caiga encima y a luchar para conseguir algo de agua potable y de comida. Si la situación se alarga tendrán que beber agua contaminada y cuando sus hijos enfermen intentarán llevarles al médico pero los ataques ya han destruido uno de los hospitales y los que quedan en pie están desbordados. Y yo me pongo en la situación de una de esas madres y me indigno. Pero la impotencia no soluciona nada. Y me indigno más.
Gracias Belén por tu comentario. Creo, como tú, que divulgar lo que ocurre es lo mínimo que podemos hacer. Mirar para otro lado es la opción más cobarde. Un abrazo muy fuerte.
Gracias Belén por tu comentario. Creo, como tú, que divulgar lo que ocurre es lo mínimo que podemos hacer. Mirar para otro lado es la opción más cobarde. Un abrazo muy fuerte.
Hola Pi, si has estado allí ya sabes lo que hay. Evidentemente Hamás utiliza a los niños pero no sé qué quieres decir, ¿que sólo se puede hacer algo sobre el terreno? Yo creo que las madres occidentales también pueden ayudar. Y no sé por qué hablas de antisemitismo. Si los muertos fueran niños israelíes el dolor y la indignación serían iguales.
Hola Pi, si has estado allí ya sabes lo que hay. Evidentemente Hamás utiliza a los niños pero no sé qué quieres decir, ¿que sólo se puede hacer algo sobre el terreno? Yo creo que las madres occidentales también pueden ayudar. Y no sé por qué hablas de antisemitismo. Si los muertos fueran niños israelíes el dolor y la indignación serían iguales.
¿Siria ya no existe? ¿Somalia? ¿y el tráfico de niños en China? ?y la prostitución infantil en el Sudeste Asiático?…
Qué rato más malo tienen que estar pasando todos los que se indignan al contemplar las noticias a través del IPad.
Pues algunas hemos estado allí, cruzando la franja, con una cacerola en la cabeza, para ir a enseñar a los niños palestinos, a los niños que Hamás utiliza, y que dan tanta pena a las mamás occidentales antisemitas.
¿Siria ya no existe? ¿Somalia? ¿y el tráfico de niños en China? ?y la prostitución infantil en el Sudeste Asiático?…
Qué rato más malo tienen que estar pasando todos los que se indignan al contemplar las noticias a través del IPad.
Pues algunas hemos estado allí, cruzando la franja, con una cacerola en la cabeza, para ir a enseñar a los niños palestinos, a los niños que Hamás utiliza, y que dan tanta pena a las mamás occidentales antisemitas.
Buenas tardes , Soledad,
¡Que dura es la realidad que nos presentas frente a nuestros ojos!. ¿ Como podríamos gritarla al mundo entero?.
Después de leer tu reflexión, siento la misma impotencia y me pregunto ¿qué podríamos hacer los padres del resto del mundo para gritarlo y que nos oigan?.
Se me ocurre el divulgarlo en las redes sociales, a nuestros amigos y conocidos , que la gente hable de ello, quizás así podamos mirar a los ojos a nuestros hijos sin sentirnos culpables .
Buenas tardes , Soledad,
¡Que dura es la realidad que nos presentas frente a nuestros ojos!. ¿ Como podríamos gritarla al mundo entero?.
Después de leer tu reflexión, siento la misma impotencia y me pregunto ¿qué podríamos hacer los padres del resto del mundo para gritarlo y que nos oigan?.
Se me ocurre el divulgarlo en las redes sociales, a nuestros amigos y conocidos , que la gente hable de ello, quizás así podamos mirar a los ojos a nuestros hijos sin sentirnos culpables .