Llegan las vacaciones y pasaremos más horas al aire libre. El sol es vital nos regala, vitalidad, dosis de vitamina D y subidón de endorfinas pero hay que protegerse de los efectos no tan beneficiosos. Sobre todo hay que proteger a los niños. Los médicos advierten de que las quemaduras solares en los primeros años de vida aumentan las posibilidades de padecer un cáncer de adultos.

 

Los niños son los más vulnerables. Su piel es muy inmadura y aún no tienen formado completamente su protección natural. Tampoco la producción de melanina responde a los rayos como en la época adulta. En los primeros 18 años de nuestra vida recibimos el 80% de la exposición solar de toda nuestra vida. Sus efectos se acumulan y la piel tiene memoria.

Afortunadamente a la mayoría de los padres no se les olvida «bañar» en crema a sus retoños aunque a veces sea más complicado que jugar al rugby con un salmonete. Es importante que la protección sea +45 como mínimo y que repitamos varias veces el proceso después de cada baño o si están sudando mucho.

Ropa que protege de la radiación

Aún así algunos estudios recientes recomiendan usar también ropa especial en los primeros días. Los dermatólogos han detectado que han aumentado los problemas cutáneos en zonas tradicionalmente cubiertas por la ropa. Muchas marcas han lanzado ropa especial que impide la entrada a la radiación dañina para la piel.

Parasol de Imaginarium

La sombrilla sigue siendo imprescindible sobre todo si tenemos bebés. Los niños menores de seis meses no deberían tomar el sol. Excepsto en sus paseos habituales, pero nunca de forma directa y continuada. No hay que olvidarse de la cabeza, las orejas y el cuello.

Las gafas, siempre homologadas

 

También hay que proteger los pies y los ojos pero por favor, con unas gafas homologadas. Si elegimos cualquier lente podemos destrozar la visión a nuestros hijos.

 

Nevera-mesita para la playa

 

Y por último aquella costumbre de las abuelas de llevarse una neverita a la playa vuelve a estar de moda. Las hay sencillas y pequeñas para meter agua y algo de fruta, algo más grandes para guardar zumos o refrescos y si buscáis bien encontraréis incluso algunos modelos con música incorporada o convertibles en una mesa playera muy cómoda.

 

Y si a pesar de todas las precauciones el sol gana la batalla y aparece la quemadura. Lo primero es tomar una ducha templada sin dirigir los chorros directamente a la piel para bajar la temperatura.

 

También se puede enfriar la zona con paños de vinagre como esos que usaban nuestras madres con nosotros porque todos los años nos quemábamos. Y rápidamente hidratar la piel con cremas para después del sol de las que todos conocemos o a base de aloe vera.