alanzas

Hay que tener cuajo, mucho cuajo, para llevárselo crudo y plantar cara a un juez y espetarle que ni declara, ni declarará sobre sus papeles.  Quiso el azar o la necesidad que el ejercicio de chulería de Luis Bárcenas ante el juez Ruz coincidiera con la salida de los juzgados, rumbo a prisión, de un tipo orondo y camuflado en gafas de sol. abarcenas

La peineta de Bárcenas a la ciudadanía y a la Justicia sólo resiste la comparación de las declaraciones del sindicalista reconvertido en broker de los ERE.  Bautizado como «el conseguidor» a Lanzas le persigue una frase. «Tengo tanto dinero que no sé dónde gastarlo».  Una fanstasmada tan cutre como el lugar donde esconde el botín del saqueo andaluz. Pobre país aquel donde las Fuerzas de Seguridad buscan «zulos» a rebosar repletos de billetes de 500 euros.

 

LA HOGUERA DE LAS VANIDADES

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Pasó hace casi veinte años con el estallido del caso GAL y los primeros y más sonados casos de corrupción: fondos reservados, Roldán, Banesto, Banco de España, etc, etc. Entonces los juzgados, especialmente los de la Audiencia Nacional, se convirtieron en una especie de hoguera de vanidades donde los “jueces estrella” se movían con comodidad. Eran tiempos de vino y rosas para Baltasar Garzón que ejecutaba su venganza personal contra el PSOE por no lograr su anhelo de ser ministro en el gobierno de Felipe González.  Así reabrió el caso GAL y así copó durante meses portadas  de periódicos e informativos de radios y televisiones. Casi dos décadas después la historia se repite. El protagonista, esta vez, es un tal Javier Gómez Bermúdez.  Anda empeñado en arrebatar a un colega de tribunales el caso de los “papeles de Bárcenas” .  Hay quien dice que lo hace por algún tipo de venganza personal pero son más los  que piensan que sólo de esta forma verá calmado su ego.  Viendo su actitud y su afán de protagonismo se entiende el resultado del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas. Concluía el sondeo que la de juez es la profesión peor valorada por detrás, incluso, que la de periodista.  Gracias, Bermúdez.

 

EL CLAN DE LOS PUJOL

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Corren malos tiempos en el clan de los Pujol. El heredero, Oriol, se ha convertido en el primer miembro de la saga en afrontar una imputación por un presunto delito de tráfico de influencias. Puede que no sea el único. En la lista de espera está el hermano que sacaba de España billetes de 200 y 500 euros mientras amenazaba a la exnovia espiada.  Y el hermanísimo que regularizó millones de euros en la infame amnistía fiscal. O el otro hermano que lo intentó. O la mujer del Molt Honorable. Tan cansina ella dando lecciones eternas de moralidad. Jordi padre, Marta, Jordi jr,  Oriol, Josep, Oleguer. Una familia muy afortunada.  Todos tan ricos o quizás todos tan pobremente ricos.

El clan de los Pujol es el impulsor del manido “España nos roba”.  Ahora ya sabemos que su envoltorio independentista  era solo una treta, una más, para salvar su riqueza y adueñarse del imperio y emporio catalán. A Oriol Pujol la imputación de  la Justicia le ha cortado las alas. Él se resiste, delega sus cargos en Convergència Democràtica pero se queda con el escaño. Se aferra al sillón porque mantiene su ensoñación  de presidir la utópica República de Catalunya.  Vía directa para esconder, que no purgar, sus pecados y librarse de los tribunales porque , ya se sabe, una Justicia soberanista  siempre es más manejable desde el poder. Los Pujol engañaron al pueblo con un señuelo patriótico que  escondía lo más mísero  del ser humano. Ahora sabemos que sólo era una treta. Una burla al sentido común.  Lo malo, lo grave, es que siempre habrá un puñado de tontos útiles que se creerán el cuento.

 

BUSCANDO ESTÚPIDOS

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Estupefacto , indignado y sorprendido, busco al estúpido o estúpidos que alumbraron la “brillante” idea de robar al pueblo chipriota para pagar el dislate de sus políticos. Preocupa que haya un imbécil al que se le ocurra que la mejor fórmula para pagar la deuda es llevarse el dinero de los ahorradores chipriotas. Preocupa la idea y aterra la reacción de quienes la jalean, la amparan y la impulsan.  Un grupo de funcionarios y políticos mediocres ha cruzado una línea roja convertida en antesala de una revuelta social de incalculables consecuencias. Los  mismos ciudadanos que soportan con resignación los recortes e impuestos no tolerarían el robo, el saqueo  de los ahorros acumulados, en la mayoría de casos, durante años y hasta décadas de sacrificios y privaciones.  No, señores  de Bruselas. No. Por ahí no va a pasar el sufrido ciudadano. Entre otras cosas porque Jesucristo dijo hermanos pero no primos.