Tiene 40 años y ganas, muchas ganas, demandar en su Partido. Es lista y está lista para disputar la secretaría generalde un PSOE que intenta moverse entre el inmovilismo de la vieja guardia y elempuje de una generación mucho más joven y crítica. Carme Chacón y quienes larodean saben que va a necesitar todas sus armas de mujer para ganar la partidapero también es consciente de que llegósu hora.



La hora de la verdad para una mujerambiciosa y con las ideas claras. Aspira a liderar el PSOE porque le gustamandar y porque tiene cuentas pendientes con quien le disputa el poder en elsocialismo español . No sólo el PSOE se juega mucho en la elección del nuevosecretario general. Se lo juega España. La crisis es tan profunda y tandolorosa que sería una catástrofe democrática que el principal partido de laoposición se convirtiera en residual. Chacón, varios dirigentes del Partido, lamayoría de militantes y casi todos los simpatizantes saben que el futuro delPSOE no puede pasar por quien compartió los peores años del»felipismo» y quien llevó a las huestes socialistas a la peor derrotade su historia. 



Chacón tiene opciones de ganar la batalla porque está preparaday porque conoce, mejor que nadie, las debilidades de un político maquiavélico pero con puntos demasiadooscuros en su currículo. Decidirá el Partido, decidirán los delegados. Por elbien de todos, que acierten.

DESAPARECIDO



Lleva poco más de quince días instaladoen Palacio y apenas ha dado señales de vida. Alguien podría estar tentado deasegurar que Mariano Rajoy ya ha sucumbido al manido «síndrome de laMoncloa» pero que nadie se llame a engaño. Él siempre fue así. Perfil bajoy ritmo lento. Sin prisa y sin pausa para no caer en la precipitación. Pero unacosa es gestionar la oposición y otra muy distinta gobernar. Y gobernar suponedar la cara, tomar decisiones y explicarlas.

El presidente del Gobierno no puede estardesparecido más de un mes,-  es lo quepretende-, mientras los mercados sacan su colmillo a pasear a la vista de quelas medidas que esperaban no llegan. Rajoy erró al negar una subida deimpuestos que aprobó diez días después y se equivoca al permanecer en unsegundo plano y al limitarse a anunciar más medidas que se quedan en simplesinformes. En la oposición valía, en el poder no.
EL IMBÉCIL



No es el personaje de las aventuras de»Manolito Gafotas» de la admirada Elvira Lindo. Es otro tipo de imbécil. Más zafio, más ruín, másdespreciable.  Tenía dudas con laacepción para definir al individuo y recurrí al diccionario. «Alelado yescaso de razón» dice la Real Academia de la palabra imbécil. Me quedé mástranquilo. Le pega. Hablo de un personaje que según algunos es actor y que ahora se dedica  a ultrajar la memoria de las víctimas  del terrorismo. 



Puedo llegar a entender a losmiles de vascos del submundo  abertzaleque se echaron a la calle para exigir mejoras para los presos de ETA.Envalentonados por el resultado en las urnas llenaron el centro de Bilbao juntoal personaje en cuestión. Se llama Willy Toledo, va de «guay»  y reniega de la Democracia española. Le debeparecer mucho más respetable «la cubana» y por ello tildó de»delincuente común» a un preso político víctima del»castrismo» y muerto tras varios meses de huelga de hambre. 

A este»alelado y escaso de razón»,- léase imbécil-, no le recuerdo nunca enuna manifestación de víctimas. Ni exigiendo el fin de la extorsión y lasamenazas. Ni pidiendo  a ETA que dejarade matar y mutilar. Resulta vomitiva su presencia al lado de las fotos de los»gudaris» que han matado a cerca de 1.000 personas.
DON RICARDO LIZARRAGA



Su nombre no os dirá mucho si no soisperiodistas porque Ricardo nunca aspiró a ser conocido. Era de otra casta. Nole importaban los focos, ni el estrellato. Fue un hombre importante en RadioNacional, pilotó el nacimiento de Onda Cero donde llegó a dirigir los serviciosinformativos, fue corresponsal en Iberoamerica y era el delegado de»Antena 3″ en Aragón pero nunca presumió de ello. 

La vida, enocasiones, te hace regalos inesperados y quienes tuvieron la suerte de trabajaral lado de Ricardo lo saben. Era un tipo humilde, campechano, honesto, -muyhonesto-, de firmes convicciones y hasta tozudo. Un personaje entrañable quedaba sentido a su vida haciendo más fácil la de los demás. Cuidaba a su gente yprefería compartir los momentos dulces y mascar en soledad los amargos.
Ricardo es de esa estirpe de gente quenunca debe irse pero nos ha dejado. Se lo ha llevado un cáncer a los 55 años.Estaba casado, tenía dos hijos y una legión de amigos que se ganó a pulso. Él,-siempre discreto -, se fue el día de Navidad. Quizás para que quienes leconocimos y le disfrutamos no tengamosuna excusa para no recordarle. Se fue el 25 de diciembre. Hasta la vista amigo PERIODISTA.Hasta la vista Don Ricardo Lizarrraga. Y estés donde estés, tranquilo. No teolvidaremos. 
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