Reconozco que no soy muy partidaria de la utilización de niños para nada que no tenga que ver con asuntos que les afecten directamente. Hoy me ha sorprendido Greenpeace con esta «foto» que en un primer vistazo me da mucha grima.
No dudo de la buena intención del grupo ecologista, pero ¡No lo puedo evitar! me da mal rollo mirar a ese pequeño «Mariano». Greenpeace se ha adelantado a la campaña electoral con una pegada de carteles de los cinco principales candidatos nacionales retratados como niños de nueve años para reclamar a los dirigentes políticos compromisos para preservar el medioambiente.
El lema es del autor de «El Principito», Antoine de Saint-Exupéry: «que el niño que fuiste no se avergüence del adulto que eres». Y sirve de hilo conductor para que Mariano Rajoy, Pablo Iglesias, Albert Rivera, Pedro Sánchez y Alberto Garzón -convertidos en niños- muestren sus deseos de cuidar la naturaleza, y recuerden a sus versiones adultas que no se olviden de la protección del medio ambiente en su promesas electorales.
Según la portavoz de la organización ecologista «han querido apelar al niño que nuestros políticos fueron porque seguro que ellos querrían que cuidasen del planeta. Con esta campaña les pedimos que no se olviden de ello, y ahora que son líderes políticos adopten compromisos ambientales firmes, que repercutirán positivamente en los problemas sociales y económicos que enfrenta actualmente la sociedad española».
Greenpeace plantea los cuatro grandes retos que los responsables políticos deberán abordar durante la XI legislatura que se materializan en el «Decálogo de compromisos ambientales» como son garantizar la defensa y posibilidad de exigir ante los tribunales el derecho al medio ambiente; liderar la transformación del modelo energético para combatir el cambio climático, a través de un modelo basado en las energías renovables y el abandono de los combustibles fósiles y la energía nuclear.
Para llevar a cabo esta campaña, Greenpeace ha realizado un intenso trabajo de casting, caracterización y postproducción. El objetivo era lograr el mayor parecido posible con los políticos, que los niños fueran lo más fiel posible a sus versiones adultas. El trabajo comenzó con la selección de los pequeños políticos, que fueron maquillados, peinados y caracterizados siguiendo al milímetro las fotografías de los modelos originales. Tras la larga sesión de fotos, las imágenes fueron retocadas digitalmente, cada detalle hasta lograr que los niños dejasen de ser niños y se convirtiesen en candidatos.
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