ACanal_9-ERE-cierre_MDSVID20131105_0248_3

El fundido en negro de una televisión y el silencio de una radio son golpes demoledores en la vida de un periodista. La muerte de un medio de comunicación empobrece la sociedad y la hace menos libre y digna. El cierre de la Radio Televisión Valenciana es metáfora y símbolo de la aberrante política de despilfarro ejecutada por una vil clase política que se cree con derecho de pernada de un dinero que no es suyo.  Producen congoja las lágrimas de impotencia de los trabajadores de Canal Nou víctimas de una infame gestión y de la incapacidad intelectual de una pléyade de gobernantes  y agoreros del desastre. El presidente valenciano, Alberto Fabra, ha dado la orden de cierre pero no es el único culpable de la calamidad de la radio televisión pública de su Comunidad. La ruina se gestó durante años entre aplausos facilones de los fieles del Partido ganador y la indiferencia del resto que sólo cuestionaban a Canal Nou por su línea editorial y no por su gestión. El PP engordó la infamia mientras el resto lo contemplaba con envidia soñando con apropiarse algún día de esa gran maquinaria de poder. Ni unos , ni otros, advirtieron de que la gestión de un medio público es inviable si el número de sus trabajadores supera la suma de la plantillas de las televisiones privadas.  Que nadie se engañe, unos y otros son responsables del drama de cientos de familias. Los primeros por acción y los otros por omisión.

AQUELARRE EN EUSKADI

ausansoloETA-etarra-excarcelado-Parot-Javier_Martinez_Izagirre-Jaen-Javi_de_Usansolo-Fabio_Moreno_MDSVID20131126_0238_9

El grado de enfermedad de una sociedad se mide en gestos como los protagonizados por  esas cien personas que recibieron con cohetes, antorchas  y aplausos al etarra que asesinó a un niño de tres años. La bajeza moral y la estupidez conviven en ese grupo de gente que avergonzará a las futuras  generaciones de la Euskadi profunda por mucho que intente evitarlo la propaganda “goebbeliana” del mundo abertzale.  Hay que ser zafio  para jalear como héroes a los cobardes asesinos envalentonados sólo a golpe de tiro en la nuca y “goma 2”.  Resulta enfermizo celebrar la libertad de un terrorista incapaz siquiera de mascullar entre dientes palabras como  perdón o arrepentimiento y duelen tanto su falta de arrepentimiento, como ese aquelarre preparado por esos Satanás de nuevo cuño que escenifican lo más bajo y aberrante del ser humano. Javi de Usansolo, asesino  del pequeño Fabio Moreno, está en la calle junto a otros 53 etarras gracias a una interpretación jurídica que permitió anular la “doctrina Parot”. Está en libertad gracias a esa lectura de las leyes y a una Democracia timorata incapaz de endurecer el Código Penal porque le tembló el pulso durante décadas. El bochornoso sistema permite el homenaje a los pistoleros de ETA y hasta que un despojo humano que raptó, violó y asesinó a una niña de 9 años amenace a los periodistas al salir de prisión. El Gobierno,- y también  la oposición-, deben saber que un país serio y una sociedad que aspire a mirarse al espejo sin perder  la dignidad no pueden tolerar los homenajes a los etarras. Tampoco que las calles se llenen de basura y escoria con asesinos y violadores que volverán a actuar.

GROTESCOS A MAS NO PODER

amasartur-mas-la-india-efe-2

Los personaje han alcanzado un punto tan grotesco que comienzan a generar un conato de lástima. Anda Mas recorriendo el mundo con su plan soberanista a cuestas  recibiendo portazo tras portazo. Comparando la historia de “su” Cataluña con la de Israel e India y renegando del pasado común de cientos de años con el resto de pueblos de España. Retratando en público su ridículo y ajeno al secreto a voces que supone saber que el único hueco que le reservan los libros de historia se cobija en el capítulo de la estupidez.  Es un personaje tan grotesco como el apoltronado líder sindicalista que se aferra a su cómodo sillón en una UGT lastrada por el latrocinio de un infumable grupo de caraduras. Estos profesionales del saqueo -alguna responsabilidad tendrá el señor Cándido Méndez-, mancillan la memoria de miles de trabajadores y sindicalistas honrados. Ellos deben saber que no basta la dimisión  del responsable del sindicato en Andalucía.