blog1Confieso que la primera vez que oí hablar de Svetlana Alexievich fue un par de horas antes de que le dieran el Nobel de Literatura, el pasado 8 de octubre. Un avezado cronista radiofónico la citó como una de las candidatas más firmes. El vaticinio se cumplió y yo hice lo que habría hecho cualquiera a quien no le gusta que le llamen ignorante. Descubrí en una rápida inmersión que esta señora bielorrusa con cara de buena gente ha hecho del periodismo un género literario y de su trabajo como documentalista en pos de la verdad todo un monumento contra la utopía rusa, a la que ella un día perteneció. Su primer libro “La guerra no tiene rostro de mujer” le dio muchísimos problemas con el Régimen. Luego, acogida como una huérfana en la «perestroika», empezó a publicar con más libertad textos como “El hombre rojo” y “La voz de la utopía”. Traducida a veinte idiomas, es una combatiente de las ideas a través del pensamiento y la palabra. Se ha enfrentado al nazismo, a la catástrofe de Chernobil, a la desintegración soviética, a los mitos del comunismo… Recién premiada anuncia novela, lo que es una novedad prometedora, pero no sobre las negruras de todo tipo de guerras, sino sobre el amor, esa otra batalla de los sentimientos que también tiene perdedores.blog2

Me alegro por esta escritora y sus mensajes, pero no sería del todo sincera si no dijera que yo quería otro ganador, mi eterno candidato, mi venerado Haruki Murakami. Todos los octubres sueño con que por fin se lo dan y si la literatura es justa como creo, lo recibirá algún día. Le debo a su novela “Tokio blues” todo un universo literario inolvidable, es la novela en grado supremo, un viaje al interior de Japón, de la juventud, del cerebro y de sus honduras. También del afecto y del dolor. Es un relato formidable que me ha sumergido en la obra de este japonés idolatrado dentro y fuera. Murakami ha regresado al mercado editorial con sus dos primeras novelas agrupadas en un solo volumen “Escucha la canción del viento” y “Pinbal 1973”. En ellas asoma el gran autor que sería con temas recurrentes en su currículum como los jóvenes, la vida nocturna y necesaria de los bares, la escritura, la melancolía y la poesía. Hasta el momento sólo se habían publicado en inglés y japonés. Tusquets nos las brinda en este otoño como un verdadero galardón. El que no ha tenido él, nos lo regala a los demás.blog4

Y mi felicitación a Alicia Giménez Barllet por su Planeta 2015 con “Hombres desnudos”. Cuando la publiquen y la lea les contaré. Por el momento, les recomiendo la serie de la detective Petra Delicado y la estupenda «Una habitación ajena», premio Lumen. Y finalista, Daniel Sánchez Arévalo, enorme director de cine («Azuloscurocasinegro»..) con «La isla de Alice». Qué días de emociones. Que duren.