¡Qué ganas tenía de hablaros de esta marca! Ya hace tiempo que la andaba persiguiendo como muy buena fan de la cosmética nicho. Ahora ya me he hecho con varias de sus «cositas» y estoy en pleno proceso de prueba. Cuando termine el examen os contaré pero sé que me va a encantar. Ya voy predispuesta. Dejadme de momento que os cuente algo de la marca.
Nace de la unión de dos hombres: Matthew Malin y Andrew Goetz.
Matthew empezó vendiendo productos de cosmética. Trabajó como distribuidor para Kiehl cuando todavía era una empresa familiar y después se incorporó en Prada como responsable del departamento de perfumería.
Andrew empezó en el marketing pero cambió su destino al conocer a Matthew. Juntos se embarcaron en este negocio. Una marca de cosmética nicho que defiende la SIMPLICIDAD y que empezó su aventura el 1 de marzo de 2004 en Chelsea (Manhattan).
Sus productos no irritan la piel y sirven tanto para hombre como para mujer. Valen para todo tipo piel y llevan extractos e ingredientes botánicos naturales.
Están ordenados por colores: azul para la cara, verde para el cuerpo y rojo para el cabello.
¿Cuáles son sus algunos de sus bestseller que estoy a punto de empezar a probar?
El bálsamo labial de mojito que restaura y ayuda a curar los labios. Cuesta 14 euros.
Me muero por probar su mascarilla DETOX. «Famosa famosa» entre las «beautyvictims». Promete limpieza eficaz y en profundidad. La enemiga de los puntos negros. Lleva arcilla, aminoácidos, extracto natural de almendras, vitamina C, vitamina E y proteínas de soja.
Y por último voy a testar su exfoliante de cuerpo de peppermint. Con bambú y las partículas de piedra pómez. ¡Bye bye células muertas!.
Este fin de semana me monto un spa. Os iré contando. ….
¿a qué sí rosa?
¿a qué sí rosa?
¡jopeee! que interesante.
¡jopeee! que interesante.