Por Jorge Martín

Viendo estas fotografías cuesta creer que sus abdominales estén así gracias a la acción cosmética de productos como Abdosculpt (Biotherm) oSomatoline Cosmetics.
En 2002 salía al mercado el primer producto cosmético “reductor y reafirmante” del abdomen para el hombre gracias a L’Oréal:Abdosculpt.

Su aparición supuso una gran revolución en el sector de lacosmética masculina (incrementó la facturación del grupo en un 9,3%) y prontollegó a convertirse en un producto indispensable del escaso surtido deproductos cosméticos que utilizábamos los hombres. Y como no podía ser de otramanera, yo también fui uno de aquellos que formó parte de una de las listas deespera para conseguirlo. ¿Qué hombre no se dejó seducir por la fotografía deaquel torso con las abdominales perfectamente dibujadas? ¿Quién sería elvaliente en no comprarlo y renunciar a aquello por lo que llevábamos añosluchando en un gimnasio? No sería yo. ¡Qué momento! ¡Cuántas ilusionesdepositadas en un tubo de plástico!


Pero como suele pasar con la mayoría de estos productos“milagro”, tras haber seguido al pie de la letra las instrucciones delprospecto, el milagro no se hizo realidad. Lo único que percibí era lasensación de frescor que proporciona el mentol. Mea culpa por no haberanalizado el significado de la frase que se adjuntaba a los anuncios: “Despuésde un mes de tratamiento, la piel está mejor tonificada y más firme”.
Sin embargo y pese a la no consecución de resultados, ellanzamiento de productos similares no ha cesado desde entonces. Tras el éxitode Abdosculpt, otros quisieron aprovechar el tirón en ventas que experimentó elgigante de la cosmética. El más reciente, el de Somatoline Cosmetics.

 

Con el lema: “FUNCIONA”, su spot televisivo fue uno de los20 más vistos en el 2010 y su lanzamiento rescató el abandonado y difícilobjetivo de muchos de nosotros: los abdominales. No obstante, una vez más nosdejan muy claro que: “… la reducción consiste en una acción cosmética demodelado que no implica pérdida de peso…” y que “…tonifica y reafirma lostejidos cutáneos de la zona abdominal…”.

Conclusión: los productos cosméticos actúan sobre la piel,no sobre los músculos, por lo tanto, éstos jamás nos premiarán con unaenvidiable tableta abdominal. La conseguiremos a base de ejercicio ydieta, es decir, gracias a una acción física y no cosmética.
Aún así, estaré encantado de conocer al que haya conseguidoigualar sus abdominales a los de los modelos utilizados como reclamo de estostratamientos. Será la única manera de impulsarme a la compra del segundo tubo.