Era preferible una conversación de futboleros sobre el cuarto balón de oro a Leo Messi. Al fin y al cabo, hubiera derivado en una discusión de barra de bar a 300 por hora. Mariano Rajoy daría su opinión sobre el desplante de Mourinho a la FIFA y echaría humo por el desafío al Madrid con Casillas como chivo expiatorio. Artur Mas hubiera aprovechado la ocasión para hablar del Barça de Tito y de la primacía mundial de los futbolistas criados en la Masía y el gallego vehemente hubiera regalado titulares muy jugosos. Nada que ver con la sosa, absurda, infantil e incómoda conversación en alta velocidad.
“Has adelgazado, president”, apostillaba la ministra de Fomento“. “Ni un gramo hija”, respondía el honorable que reconocía que su ejercicio físico se limita a un día de natación a la semana. “Es la tele que engorda” añadía Ana Pastor, mientras el presidente del Gobierno presumía de usar la cinta de correr todos los días «a las siete de la mañana”. Fue una sonora charla de besugos en presencia de un Príncipe mudo si acaso preocupado por la prolongación del “annus horribilis” para una Corona que deberá heredar alguna vez aunque quién sabe…. Meses de suplicio que amenazan con eternizarse a cuenta de los correos que implican en el “caso Nóos” a una aristócrata que es algo más que una princesa . Corinna es mucho más que una una gran amiga del Rey Juan Carlos.
Es una amiga íntima con mayúsculas. Una persona de estrecha confianza y precisamente por eso sus movimientos y actitudes no pueden pasar inadvertidos. El socio de Urdangarin , Diego Torres, ha comenzado la cacería real y no dispara con perdigones. Lo hace con balas de gran calibre en lo que constituye un chantaje en toda regla a la Monarquía. Torres va a morir matando. No está dispuesto a ser el “bobotonto” que apague el ruido mediatico del caso dando con sus huesos en prisión. Irá a la cárcel, seguro, pero antes hará mucho, mucho daño a la Corona.
RUMBO A EUROPA
La banalidad de la conversación camino de Girona retrata las diferencias, cada vez más insalvables, que separan al Gobierno central de la Generalitat. Se acercan tiempos muy complicados con un Artur Mas echado en brazos de los independentistas de Esquerra que van a supervisar, a fiscalizar, todos y cada uno de los movimientos de un “Mesías” rehén de los anhelos independentistas. Nada bueno augura el primer contacto Rajoy-Mas después de la apuesta soberanista de CIU bendecida por un pacto de Gobierno en Catalunya que traerá, y si no al tiempo, muchos dolores de cabeza y no sólo al PP. No creo que al votante moderado de CIU le haga mucha gracia ver como los socios que les sostienen en el Gobierno se pavonean en las manifestaciones de apoyo a los presos con delitos de sangre.
LA BOTELLA, MEDIO VACÍA
Cuesta creer en la ingenuidad de quien parece jugar a estadista de altos vuelos. Anda resuelta y aparentemente satisfecha la alcaldesa de Madrid porque ha aprovechado la crisis del pabellón Arena para quitarse de en medio al ala dura que heredó de Gallardón. Primero cayó Pedro Calvo y después el vicealcalde Villanueva. Piensa Ana Botella que romper amarras con su antecesor y rodearse de leales en el equipo de Gobierno refuerza su posición para aspirar a ser candidata electoral del PP en Madrid. Se equivoca y mucho. Esencialmente porque al entregar la cabeza de Villanueva se ha quedado sin cortafuegos en un proceso agónico que deparará más sorpresas. El “Madrid Arena” fue la tragedia de cinco familias y la tumba política de más de un personaje. Ella cree estar más segura ahora cuando en realidad está desprotegida, desvaída y desnuda ante un futuro incierto donde seguirán las filtraciones periodísticas .
Si la decisión de acabar con el vicealcalde es suya ha sido un tremendo error de cálculo. Si esa decisión está inducida por alguien de su entorno habrá caído en la trampa de quienes no quieren que llega a liderar las listas del PP en el Ayuntamiento de la capital. Entre otras cosas porque cada vez son más , en las filas populares, los que piensan que la desesperada remontada del PSOE puede comenzar con la reconquista de Madrid. Y eso que parece quimérico a día de hoy resultará mucho más sencillo conAna Botella de candidata. Llegado el caso, ni el Madrid de 2020 será su salvación.
Comparto totalmente lo expuesto en el post.
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