Muro-de-vergas-1

Empezaré por pedir disculpas. Quienes aquí escribimos, respetamos las normas que el decoro y el pudor imponen y solemos huir de todo lo que parezca soez. Pero esto, sinceramente, es para verlo. 

 

Antes de nada, presentaré al padre de la «criatura»:  Peiqi Su,  estudiante de la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York.  La obra, para la que empleó la tecnología de impresión en 3D, forma parte de su trabajo de postgrado en un programa de Telecomunicaciones Interactivas. El resultado, dejó a todos con la boca abierta: una pared repleta de penes que interactúa con quien se acerca.  El muro aloja 81 miembros articulados y equipados cada uno de ellos con un motor que puede modular de forma individual el nivel de erección. Cuenta en su parte trasera con una serie de sensores que se pueden programar para mostrar -por ejemplo- la evolución de los mercados bursátiles.

 

Pero lo que realmente impresiona, y por eso me he permitido compartir esta ordinariez, es la coreografía que el muro de penes  compone al ritmo de Tchaikovsky. Lo dicho, hay que verlo: