Los políticos mienten. No les importa que no veamos a nuestros hijos. La falacia de la conciliación laboral y familiar les llena la boca pero ninguno toma la única decisión efectiva: considerarlo un derecho, igual que las vacaciones.
Voy corriendo desde que me levanto hasta que me acuesto. Con dos niños pequeños parece normal pero no lo es. En otros países este maratón vital no es necesario porque el Estado protege a las familias… de verdad. Entienden que el cuidado de los hijos, es una apuesta de futuro, no un caprichito de los empleados escaqueados que solo piensan en marcharse a casa. NO SEÑORES EMPRESARIOS, NO SEÑORES POLÍTICOS. La productividad aumenta cuando los trabajadores tienen jornadas laborales racionales que les permiten convivir con sus familias, cuidar a los niños, hacer con ellos los deberes…
En la mayor parte de los países europeos el horario laboral es de 9 a 5 con almuerzos que van desde 30 minutos hasta una hora. En España la jornada se prolonga hasta las 7 y la comida se alarga 2 horas. A eso hay que sumar el tiempo que se tarda en regresar a casa lo que lleva a un resultado DESASTROSO. Casi nadie sabe que existe la «Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios» que forman instituciones públicas y privadas y que pretende cambiar el modelo español. Un estudio elaborado por el Centro Internacional de Trabajo y familia del IESE en empresas de la comunidad de Madrid demuestra que los trabajadores no hacen uso de las políticas de flexibilidad de horarios que permiten la conciliación no porque no existan sino porque están mal vistas. Ahí es decisiva la actitud de los empresarios y directivos que deberían dar ejemplo.
El Centro Internacional Trabajo y Familia asegura en un informe que «los entornos laborales que favorecen la conciliación multiplican por cuatro el compromiso de los empleados» y que «los entornos laborales contaminantes (sin medidas de conciliación) multiplican por once la intención de los empleados de dejar la empresa». Francia y los países nórdicos son el ejemplo a seguir. Allí las ayudas no son «propinas» ridículas, allí se vive la conciliación como una realidad. Por no hablar de las ayudas a la maternidad. En Noruega el permiso de maternidad y paternidad es de 47 semanas con el 100% del sueldo o de 57 semanas con el 80% del mismo, de este periodo el otro cónyuge tiene que acogerse obligatoriamente a 12 semanas.
El Instituto de la Mujer en España tiene contactos con organismos noruegos para tratar de acercarnos a su modelo social. Tiene pinta de que mis hijos seguirán corriendo desde la mañana hasta la noche si se atreven a tener descendencia. Sería una sorpresa que los POLÍTICOS se comprometieran de verdad a hacer una reforma de calado que pusiera las bases de crear una nueva sociedad. A este paso yo no lo veré.
Conci qué????? Reconozco que yo no puedo quejarme, con un horario de 8-17.30, pero eso no es lo habitual. Aún así, aceptar este horario muchas veces implica frenar las posibilidades de crecer profesionalmente,. Y qué decir de la reducción de jornada…..la tuve y volví a mis 8h, tras trabajar en casa a escondidas, llegar antes sin que supiese para no sentar precedente, pero poder sacar en 5h el trabajo que antes hacía en 8, por menos sueldo y sin aprecio por parte de las jefas(sí, ellas, mujeres) por falta, según ellas, de compromiso con la empresa. Queda mucho camino por recorrer, porque la conciliación además debe ser familiar, no sólo «una renuncia femenina», que es cómo yo lo percibo actualmente.
Un saludo
Conci qué????? Reconozco que yo no puedo quejarme, con un horario de 8-17.30, pero eso no es lo habitual. Aún así, aceptar este horario muchas veces implica frenar las posibilidades de crecer profesionalmente,. Y qué decir de la reducción de jornada…..la tuve y volví a mis 8h, tras trabajar en casa a escondidas, llegar antes sin que supiese para no sentar precedente, pero poder sacar en 5h el trabajo que antes hacía en 8, por menos sueldo y sin aprecio por parte de las jefas(sí, ellas, mujeres) por falta, según ellas, de compromiso con la empresa. Queda mucho camino por recorrer, porque la conciliación además debe ser familiar, no sólo «una renuncia femenina», que es cómo yo lo percibo actualmente.
Un saludo