La semana pasada estuve de vacaciones, seguro que todos os disteis cuenta porque no publiqué mi habitual entrada de los miércoles. He estado siete estupendos días en un sitio increíble en el que nada, más que descansar, pasaba por mi mente. Y claro, esto ha tenido consecuencias: el lunes al aterrizar en mi mesa de la redacción, allí estaba, esperándome, cerradita, la invitación a la recepción del 12 de octubre en el Palacio Real, ¡se me había olvidado! y una pregunta me recorre el cuerpo, ¿qué me pongo?

El año pasado, cuando me estrené en la real cita, lo tenía todo listo, mi amiga Fina Lafragüeta de The Last Moon, calle General Pardiñas 28, me había hecho un abrigo alucinante con vestido a juego. Y esto es como una boda, aunque el modelito era ideal, no se puede repetir. ¿Qué voy a hacer?


Cuando he abierto la invitación, me he llevado una sorpresa, en la tarjeta de protocolo sigue poniendo en el dress code (código de vestimenta): mujer vestido corto. ¡Vaya! pensaba que al saltárselo el año pasado la Princesa de Asturias esta vez podríamos pasar todas del tema. Pues no, descartamos pantalones.



¿Tal vez un abrigo con vestido a juego? esta es mi mejor opción. Doña Letizia lució uno, con polémica incluida, en 2007. Muchas dijeron que era feo, pero a mi me encantó, me pareció muy bonito esa combinación de colores que Felipe Varela creó para ella.


Claro que una faena sería si me ocurre como a Mariló Montero, todavía señora de Herrera, en la recepción de 2004. ¿Imagina que llegas al besamanos y descubres que la Reina lleva el mismo traje de chaqueta que tú? Evidentemente, por muchas ganas que te den, no puedes darte la vuelta e irte a tu casa, así que a pasar el chaparrón.

A la hora de elegir que ponerme tengo que pensar en alguien elegante, que sepa estar a la altura de las circunstancias sin pasarse, algo así como Isabel Presley en la última edición, o Susanna Griso, aunque las diferencias entre nosotras son más que evidentes.



No debo pensar en las políticas a la hora de decidirme qué ponerme mañana. Salvo la Ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, no me suelen gustar los modelitos de las chicas del PSOE ni del PP. El problema es que creen que ir a la moda, ser elegante, hace que se les tenga menos respeto en el ring del politiqueo, eso o simplemente, política y buen gusto no casan, me inclino más por lo segundo.



En este punto de desesperación me encontraba cuando se me ocurrió tirar de contactos y pedir sopitas a una buena amiga que lleva la comunicación de una firma que me encanta… 
Pero cómo termina todo y lo que me encuentre mañana en el Palacio Real, será otra entrada…