No me gusta juzgar pero el caso del que os voy a hablar me ha hecho pensar en lo que los padres desean para sus hijos. Es la historia de una conocida columnista y comentarista política de EEUU que ha reconocido en una entrevista al Washington Post que se llevaría una gran disgusto si su hija de seis años no fuera lesbiana como ella.
La primera vez que lo leí pensé que no estaba bien de la cabeza, luego le di la vuelta al argumento para profundizar en qué pensaría si hubiera dicho que prefiere que no sea lesbiana y he terminado discutiendo conmigo misma sobre los prejuicios. La protagonista de esta historia se llama Sally Kohn, tiene 37 años y ha aparecido como contertulia en la CNN o en la MSNBC. Describe su vecindario como una burbuja en la que nadie admite que quiera otra cosa para sus hijos que felicidad. Pero ella sí reconoce que quiere que su hija vaya a la Universidad -como ella-, que quiere que su hija vote a los demócratas -como ella- y que quiere que su hija sea gay -como ella-. Y ahí estalló la polémica.
Y Kohn dice más: «Cuando mi hija juega en casa con su osito a papás y mamás nosotras le recordamos que podrían ser un papá y otra papá. A veces ella cambia el discurso y otras no. Es su elección.
Hay quien la critica además por haber colgado en youtube un vídeo de la niña cuando tenía dos años criticando a Bush por su política de impuestos.
Kohn escribe además en un blog de The New York Times donde intenta explicar su visión del mundo.
Y deja una reflexión contra la discriminación: «quiero enseñar a mi hija que ser gay es tan deseable como no serlo». ¿Vosotros que pensáis?….
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