«La Justicia es igual para todos». Palabra deRey. Era el discurso más esperado en años y no decepcionó. Es verdad que DonJuan Carlos pudo ir mucho más lejos en su portazo al «yernísimo»  pero citarle expresamente era demasiadopedir para una Casa del Rey que mide al milímetro cada gesto, cada palabra, deldiscurso a los españoles.



Imagino una nochebuena amarga en una coqueta mansión deWashington donde se mezclaban reproches e incredulidad. Imagino a una Infantaatrapada entre su lealtad a la Corona y su aprecio, cariño o amor por el padrede sus hijos. Imagino cómo imagina su futuro una pareja condenada a la ruptura.La familiar o la institucional. 

«La Justicia es para todos» es unafrase lapidaria que garantiza la imputación del Duque de Palma y abre laspuertas al posterior procesamiento y posible condena. No hay Casa Real delmundo occidental que soporte sin tambalearse una condena por corrupción a unode sus miembros y el Rey lo sabe. Por eso rompe amarras. Lo sabe hoy y lo sabíacuando grababa un discurso  que lepermite recuperar credibilidad y que, de paso, allana el camino a un herederoespecialmente activo en el papel de indignado con su cuñado.


El Rey estuvo sobrio, convincente y muy metido en supapel desde el saludo inicial hasta la despedida. Tono sereno casi siempre,firme cuando lo requería y cálido en ocasiones. A su lado la foto que ya estodo un editorial del discuso. Esta vez no era familiar, ni recogía éxitosdeportivos. La más institucional de las posibles en un momento tan delicadocomo el actual. Don Juan Carlos flanqueado por Zapatero y Rajoy. Pasado yfuturo. La imagen que ilustra una real preocupación.

LA VERDADERA PARIDAD

Rajoy fue previsible en la composición de su primerGobierno. No hubo grandes sorpresas. Se rodeó de leales, amigos y profesionalescompetentes. Hay veces en que lo previsible es más virtud que carencia . Elpresidente optó por el Ejecutivo más recortado de la Democracia con nuevehombres y cuatro mujeres. Sólo cuatro pensarán algunos. Es posible que seanpocas pero no están ahí ni por cuotas territoriales, ni por esa estúpida normano escrita de la paridad. Están ahí por méritos propios. ¿Podían ser más?. Sinduda. Igual que podían ser menos. Nunca entendí la paridad como necesaria parauna sociedad que aspira a una igualdad verdadera. La mejor señal para laigualdad es que arriba lleguen y estén los mejores. Sean o no mujeres. Sean ono hombres. Sólo los mejores más allá de sexos.
¡ES LA GUERRA!

No hay tregua en el PSOE. La batalla por el poder va asacar lo peor de cada cual en una guerra abierta por la secretaría general.Está en juego el poder y eso es mucho decir sobre todo si quienes aspiran a éltienen deudas políticas  ypersonales  pendientes. Resultavergonzante ver como dirigentes que hancompartido responsabilidad de Gobierno con Zapatero firman un manifiesto»Mucho PSOE por hacer» que pone a parir al antiguo líder. Tuvieronaños para decírselo a la cara y les faltaron arrestos.
No es menos indignante leer la relación de algunos delos firmantes del segundo manifiesto «Yo sí estuve allí». Lo rubricanmuchos de quienes han despreciado, «ninguneado»  y despreciado a ZP durante la última campañaelectoral. Ambos deberían reflexionar porque ,entre unos y otros, la amenaza deruina socialista es algo más que una posibilidad.
SE LLAMA TANIA

Hay gestos, detalles que devuelven la confianza  en el ser humano. Ella se llama Tania. No lepongo ni voz, ni cara. Sólo sé que gracias a ella y a las chicas del»Universo de Martina» doce niños o niñas realmente necesitados van a tenerjuguetes estas navidades. Tania trabaja para una empresa de juguetes y decidió»jugar el balón » cuando la mayoría hubiera «pegado unpatadón» a la grada. «El Universo» le pedía ayuda para unaempresa solidaria y ella no lo dudó. 12 juguetes para 12 hogares sinrecursos. Gracias Tania. Por cierto, la empresa se llama DISET. 


Mi recomendación musical de la semana…

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