Esta niña coreana, que baila tan pancha en su casa, es el nuevo bombazo de internet. Los fenómenos virales, como los éxitos publicitarios o la canción del verano resultan casi inexplicables.

Hay algo que conecta con nuestros cerebros y da igual si somos jóvenes o mayores, listos o tontos, de izquierdas o derechas… La niña o niño (que también provoca debate) del «lío del pollito» es un gran ejemplo. Una escena cotidiana se convierte en exitazo…


Mi teoría es que no hay nada tan efectivo para ser un fenómeno viral como hacernos reir. La mayoría de los seres humanos necesitamos reirnos para tener una buena salud mental. Según crecemos sonreímos cada vez menos: los niños lo hacen 300 veces al día y los ancianos sólo 80. De hecho hay descritos casos de personas que no sonríen nunca y no lo consideran necesario. 

Emocionarnos o sorprendernos, como esta pareja de minibailarines, también nos empuja a compartir ese contenido con otros. Lo difícil es conseguir algo que haga reir, emocione y sorprenda a la vez.  Normalmente los fenómenos virales más impactantes son fruto de la casualidad. Al final internet es un reflejo de la vida misma.