Por alguna razón que se me escapa los pequeñajos se sienten atraídos por los dinosaurios. Yo soy la prueba viviente de la madre «agotá» de explicar por qué puñetas cayó un meteorito que mató a los «dinos». Mi hijo cumple hoy 4 años y sabe nombres que yo soy incapaz de retener. Ahí va la prueba…
Viendo el potencial del pequeñín tenía dos opciones, o llevarle a un programa de la «tele» y forrarme explotándolo, o sacrificarme y acompañarle al Museo de Ciencias de Madrid. Como soy una madre generosa opté por la segunda opción. Nada más entrar por la puerta, el «peque» -a partir de ahora «Repollo»- señaló un esqueleto y y dijo: ¡mamá un Allosauro!
Como en las «pelis» de amor hubo un cruce de miradas entre el guardia de seguridad y yo, una sonrisa y «pa´lante». «Repollo» siguió el recorrido con expresiones como: ¡Un amonite, mamá un amonite! a lo que yo respondía con entusiamo como si hubiera dicho: ¡mamá Hugh Jackman!. La verdad es que además de los animales hay talleres muy interesantes para los niños.
Lo mismo nos pasó en el Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia donde hay robots a tamaño natural hasta el 1 de Noviembre.16 metros de «bicho» gruñendo y moviendo su enorme cola de un lado a otro. He de decir que ahí «Repollo» perdió parte de su arrojo y buscó refugio en las faldas de «súpermami» (no confundir con la de Cuatro)
Y en casa sigue la diversión. ¡Estoy aburridooooo! (su frase favorita) quiero ver «Harry y su cubo de dinosaurios», o ponme otra vez las aventuras de «Piecito» (para no iniciados protagonista del Valle Encantado).
Hay que reconocer que el susodicho es monísimo y que las primeras trescientas veces te hace gracia. Luego «Piecito» se convierte en «Pesadito» y nunca más volverá a caerte bien. Y si le apetece más realismo la BBC tiene «Caminando entre dinosaurios» una serie muy interesante que también se puede ver a través de internet.
Por supuesto hay infinidad de libros y cuentos sobre el tema pero la «dinomanía» va más allá de lo imaginable.
Por ejemplo calzado deportivo como el de la fotografía que le regaló a «Repollo» una de sus «titas». Y que le encantaron. Tanto, que se tiró semanas como Alejandro Sanz o la morena de cera Alex, pisando fuerte cada baldosa, cada parque, cada charco… porque había que dejar la huella del Tiranosaurio Rex (impresa en relieve en la suela de las zapatillas). Y si en una de esas tropieza y se cae no hay problema se le plantan unas tiritas de dinosaurio y
solucionado, o si prefiere directamente dormir en el Cretácico pues se transforma su habitación en una máquina del tiempo y voilà… las paredes nos regalan el nuevo «escenario». Todo en páginas web especializadas.
En fin que, como Steven Spielberg en «Parque Jurásico», habrá segunda parte de este «dinopost». El director prepara «Terra Nova», una serie para televisión con presupuesto de escándalo y dinosaurios casi reales. Y hablaremos de excursiones interesantes por ejemplo a «Dinópolis» en Teruel…
Sin comentarios