No sé si habéis visto el vídeo por primera vez o si ya le habíais echado un vistazo. Yo reconozco que tuve que pararme a pensar si me gustaba, me indignaba, me parecía demagógico o qué rayos sentía viendo a tanto niño haciendo de adulto en circunstancias violentas. Lo único claro es que el vídeo es provocador.
Niños mexicanos dirigiéndose directamente a los candidadatos a las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio. Imaginad en España a unos chavalines diciendo Señor Mariano, Señor Alfredo, Señora Rosa, Señor Cayo… ¿cuándo piensan comportarse como seres responsables y unir esfuerzos para sacar al país adelante? Evidentemente causaría sorpresa y todos querríamos saber quién ha tenido la idea y quién la paga. En México ocurre exactamente eso. Hay polémica por la utilización de menores pero también por la financiación del proyecto.
Esa financiación privada a la que se refiere la periodista tiene siglas GNP (Grupo Nacional Provincial) una aseguradora que se defiende de las críticas con dureza. Recuerdan que, por desgracia, en México nada de lo que se ve en el «corto» es una fantasía: «ahora hay niños que ya hacen algunas cosas de las que aparecen en el vídeo». «Hacerlo con adultos habría sido como ver cualquier noticiero». A GNP se han sumado otras empresas. Aseguran que en ningún momento se han planteado retirarlo de youtube, que los padres de los actores estuvieron en el rodaje y que se ha cumplido la legislación mexicana sobre protección a menores. Niegan además beneficiar a uno de los candidatos pero la difusión del spot en las redes sociales ha provocado la desconfianza de algunos sectores que no se creen las buenas intenciones de la iniciativa. Consideran que los «Niños Incómodos» son un desafío a la estricta legislación del país para las campañas a poco más de dos meses de los comicios. Al PRI, el partido que gobernó México durante 70 años, no le gusta y ya han dicho que «con estridencias y amarillismos no se logrará resolver los problemas del país».
Algunos columnistas como Alvaro Cueva en el diario clicMilenio aseguran que «Este anuncio se está presentando como una estrategia paralela que no respeta los formatos de los spots de ningún partido, dejando en desventaja a cualquier instancia, y porque la única conclusión a la que se puede llegar después de ver esa producción de cuatro minutos es que no hay candidato que valga la pena» lo que llevaría al electorado a quedarse en casa «¡Para qué votar! ¡Para qué creer! Mejor que pase lo que tenga que pasar para que, al final, nos podamos seguir quejando».
Este debate no es nuevo en México. Después de la reforma electoral de 2008, el Instituto Federal Electoral es la única institución que contrata espacios para difundir la propaganda electoral. Así se terminaba con la avalancha de anuncios electorales financiados por empresas privadas que soportaron en 2006. Sin embargo, los creadores de «Niños Incómodos» insisten en que no es propaganda, sino una llamada de atención. Y a vosotros ¿Qué os parece?
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