Esta situación que os voy a contar es real en mi ritmo de redacción. Hago cada semana un editorial de moda, con famosas, pasarela, bodegón, precios, telefónos… las mensuales revistas femeninas hacen lo mismo pero una vez al mes. Con esto no quiero echarme flores, sólo intento explicaros que mi ritmo es infernal. A eso hay que añadir una jefa con imaginación y una revista pegada a la actualidad, es decir se estrena «Blancanieves» y  mi directora quiere una moda de cuento para esa semana… así sin avisar.

 

 

Me entran sudores fríos, me pongo nerviosa, me siento en mi ordenador y pienso: «¡Ya está, Quique, Susana… Pretty!» Llamo por teléfono y le digo a la voz, siempre amable, que me contesta al otro lado: «Hola Susana,  soy Uxía, ¡¡¡Socorro!!! ¿no tendrás por ahí unas bailarinas de «Blancanieves», o de botones o «que celebren el 60 aniversario del reinado de Isabel II«? y enseguida me contestan: «claro, te mando imagen y precio? y ya está, solucionado, tema cerrado. ¡¡Les quiero!!

 

Pero mi amor con Pretty empezó hace mucho, cuando no hacía casi nada relacionado con la moda. Mi suegra me habló de esta marca y luego leí en una revista que era la firma favorita de Kate Moss. Atando cabos pensé que eran unos zapatos ingleses, calzados por la mejor modelo del mundo y por lo tanto carísimos… ¡error!

 

Pretty Ballerinas es una marca española, se diseñan y fabrican en Menorca, en la casa de la Familia Mascaró. Su precio es asequible para la que quiera unos zapatos especiales, originales y para toda la vida, ya que rondan los 100 euros.

¿Me vais a decir que no olvidaríais a Cristina Kirchner y os pondríais este par con la bandera de Argentina? Y me encanta el detalle del imperdible en la bandera británica…

 

 

Las colecciones de Pretty Ballerinas son enormes, en ellas encuentran todas las tendencias: que se lleva el tema étnico, el estampado salvaje pero con un toque «chic», ellos lo saben y las hacen.

 

Esta temporada me he enamorado de estos tres pares, el de lunares azules y verdes con un vaquero y una camiseta… perfecto.

 

Pero no soy la única que colecciona Pretty. La Princesa de Asturias se ha bajado de los tacones, ya sólo los lleva cuando es necesario, y se ha calzado unas bailarinas, y éstas son siempre de la marca de Mascaró. Aunque muchos no lo crean, doña Letizia las elige y las paga, y aunque intenten regalarle un par, ella nunca lo admite. Sus hijas, Leonor y Sofía, también tienen y es que la colección de niña es preciosa.

 

 

Su última idea son las bailarinas de neopreno, material que me da buen rollo porque  me recuerda al buceo y eso es lo mejor para mis sentidos.

Pretty Ballerinas funciona y se expande. Son de calidad, originales, saben reinventarse, reaccionar con la actualidad, tocan a las celebrities perfectas, como doña Letizia y hasta la mismisima Angelina Jolie, que acudió a la gala de los Oscar con un clutch de la firma. Por todo ello son un buen negocio, van tan bien, que acaban de abrir tienda en el mismísimo Bervely Hills de L.A, que se dice pronto.

Y por supuesto tienen a Quique y a Susana al otro lado de la línea, rápidos, amables, eficaces, profesionales y sobre todo… un amor.