Coco Chanel decía que «no hay éxito sin copia» (esta señora era un genio y no tanto Einstein). Pues Isabel Marant y sus sneakers no es que hayan triunfado, es que esta temporada han logrado el olimpo de los complementos. Han sido copiadas, imitadas, versionadas… casi más que Los Beatles. La primera en calzarlas y lanzarlas al estrellato fue  Alejandra Ambrossio y Miranda Kerr, que no se las quita.

Las que se animen a gastarse unos cuantos euros las pueden comprar en www.net-a-porter.com, cuestan unos 350 euros. Claro que es una compra arriesgada, las sneakers de Marant acabaran muriendo de éxito. Están en demasiados sitios, copiadas e imitadas, y gastarse tanta pasta en una prenda caduca, es decir, pasará de moda rápido, es sólo para adineradas.

 

Puede que tengas suerte y te las regalen. Ese ha sido mi caso. Me las han regalado por mi cumple, pero no las originales, ni familia ni amigos son tan adinerados, pero las que más se parecen y que casi me gustan más, las de Hakei, por 199 euros… una pasta también.

Tenéis muchas versiones y más baratas. En Top Shop encontraréis estas, que te darán un toque distinto a las demás, 68 euros.

Si tenéis el pie pequeño, como el de mi jefa, podéis haceros por 29,90 euros con la versión de Zara en su colección de niñas. ¡¡Son preciosas!!

Que son un exitazo total es que estas negras, de Blanco, están agotadas en su tienda on line y en sus tiendas no line. Para mi gusto les falla la suela blanca, pero se perdona a 50 euros el par.

No os he dicho como llevarlas y que queden perfectas. Desde luego el mejor ejemplo lo dan Alessadra Ambrosio y Miranda Kerr: pantalón pitllo y camisetas sencillas, así las sneakers se llevan todo el protagonismo. También me encanta este «look» de Kate Brosworth, pero para esto hay que ser ella.

Sara Carbonero las llevó durante toda la Eurocopa, pero no las originales, también las de Hakei, es su versión para primavera-verano.

A mi, en realidad me gustan las originales, pero insisto en que son una compra arriesgada en cuanto a inversión-resultado, pero lo dejo en vuestras manos, yo no soy Coco Chanel y mucho menos Einstein.