He estado en Las Vegas. Fue hace casi tres años, con mi recién estrenado marido y mis amigos del alma. Fueron sólo un par de días. ¿Que si me gustó? negativo, me horrorizó: prostitución, alcohol, luces de neón (soy miope y me marean) y juego; para mi una pesadilla, prometí no volver… pero claro, si es Chanel quien me llama, «si tu me dices ven…»


La cita era en el Hotel Wynn de La Ciudad del Pecado… Pero han vuelto a fallarme y las dos ces no me han llamado. 
Ha sido, según me han contado las suertudas invitadas, la fiesta del año. Chanel ha montado en la ciudad más hortera del planeta una exposición, llamada Numéros Privés, de la firma más «chic» y elegante de la historia… ¿se le ha ido definitivamente a Lagerfeld la cabeza o es que quiere ver si se les pega algo? Para inaugurarla montaron un fiestón.

Según me han contado mis dos confidentes, la idea es preciosa. Se trata de que el visitante se sienta como Alicia justo antes de entrar en el espejo. Tras cruzarlo – en la muestra, el espejo, está hecho con un delicada cortina de perlas de las que adoraba Mademoiselle Chanel-  empiezas a encontrarte códigos, símbolos, números, materiales, colores y objetos de deseo de la firma que te llevan directa a la Maison.



Bolsos 2.55 tamaño gigante, botes del perfume Chanel nº5 XXL, modelos de Alta Costura de ediciones pasadas, la habitación del hotel Ritz de Paris donde vivía Coco, un precioso jardín con árboles de los que cuelgan las increíbles joyas de la firma… un paraíso Chanel, un recorrido al hechizado mundo de las dos ces.



Mis fuentes me han asegurado que la inauguración fue un éxito total. Música, jazz de fondo, luz ténue, champán, caviar y cakes con la forma del 2.55, o con las dos ces… Delicadeza, glamour y elegancia en el Hotel Wynn de la ciudad más hortera del mundo.



A mi no me invitaron, de hecho no hubiera podido ir ya que ese día estaba muy ocupada, pero Jessica Alba y Diane Kruguer si estuvieron allí, ¿quién creéis que me lo ha contado todo con tanto detalle?