Y tan fatal. La muerte de Steve Jobs nos ha dejado la sensación de que nos falta algo muy valioso y hemos sentido la necesidad de expresarlo de muchas formas. Ésta es la mía, porque su genialidad también se respira en sus tiendas, visita obligada para los turistas en cualquier ciudad del mundo. ¿Cuál es el secreto, su impresionante arquitectura, su vanguardista diseño, la profesionalidad de sus empleados? No, el secreto de las tiendas de Apple está en una máxima comercial llevada al extremo: “El cliente siempre tiene la razón”, aunque haga cosas muy poco razonables, surrealistas o disparatadas. 
Y quien lo ha demostrado es Mark Malkoff, un cómico que se hizo famoso por vivir una temporada en IKEA o visitar 171 Starbucks en Nueva York en un solo día. Esta vez su objetivo era poner a prueba a los empleados de las tiendas de Apple a los que solicita ayuda disfrazado de Darth Vader:


El hombre de las Galaxias ha conseguido su objetivo. Veamos ahora qué ocurre cuando nuestro hombre se presenta con su aspecto habitual, pero acompañado de una mascota… algo especial: ¡una cabra! 



Prueba superada. Se acerca la hora del almuerzo y Mark decide pedir unas pizzas que ofrece amablemente a los empleados:


Esto parece demasiado fácil. Vamos complicar un poco más las cosas: esta vez, es un almuerzo compartido, una velada romántica con su novia, con camarero y músico incluidos:


Y los empleados, sin inmutarse. Igual que cuando alguien se arranca por sorpresa con un baile y lo graba para colgarlo en Internet. Os traigo algunos ejemplos: un niño repelente, una rubia despampanante, un hombre de pelo en pecho y un trío muy bien avenido:



Una cosa más (que diría Jobs). La viñeta que @petezin colgó en Twitter y que resume la filosofía de vida del genio: allá donde esté seguirá creando. 

¡Hasta siempre!