Hola chicas. Lo siento pero esta es la mía. Estoy eufórico porque vuelve el Fútbol de verdad. ¡Vuelven los clásicos! ¡Vuelven los Barça-Madrid! Las administradoras del blog “pinchan”, meten caña y me “brasean”. ¡Que escribas de “Sexo en Nueva York “. O de las cremitas que os ponéis los tíos. O de tu marca de ropa preferida. O de cómo te gusta que te trate una mujer!
Pongo cara de “póker” y no sé como explicarles que a mí “Sexo en Nueva York” como que “ni fu, ni fa”. Creo que en toda mi vida no he visto más de 60 minutos de la serie y nunca seguidos. A primera vista me parece ñoña, irreal y con un sentido del humor bastante básico. Una castaña en toda regla.

Total, que cómo no la he visto -haré un esfuerzo y me castigaré este verano frente al DVD-, lo único que puedo aportar es mi visión más masculina de las chicas neoyorquinas.

De Sarah Jessica Parker lo mejor que puedo decir es que necesito más de cinco secuencias para sacar algo positivo de ella. Lo que más me pone es su nariz. No digo más.


Kim Cattral mejora un poquito. Si acaso por ese puntito de madurita interesante de la que sospechas puede aportar mucha experiencia vital. Y no hablo precisamente de una cita para hablar de “La España invertebrada ” o de la “Alianza de Civilizaciones”. No está nada mal, la mujer.


Cynthia Nixon, la verdad, como que no. No puedo negar que sí me desconcierta su mirada entre tierna y pícara pero me da cierta pereza y no creo que aguante un solo asalto a mi preferida: Kristin Davis. 


Nada que ver con las anteriores. La Charlotte de Sexo en NY es de largo la más sugerente, personal y apetecible a ojos del Intruso.
Ideal para una cena a dos el 14 de agosto si no fuera porque ¡hay fútbol! Vuelve la magia. Vuelve el Morbo. Otra vez a soportar las chulerías de Mou y el porte de chico bueno de Guardiola.
El mejor equipo de la historia del Madrid contra el mejor equipo de la historia del fútbol. ¿Quién da más?
El primer asalto de la Supercopa mide la fortaleza de los dos grandes de nuestro fútbol. Demasiado pronto para sacar conclusiones y demasiado cerca de los cuatro duelos que resquebrajaron el “buen rollo” de los chicos de la “Roja”. 

Pedir a estas alturas sentido común a un tipo como Mou al que le importa un pimiento la Selección española es una perdida de tiempo.

Seguirá provocando sin medir las consecuencias. Exigir cordura a Alves y menos teatro a Busquets tampoco serviría de mucho.
Sólo queda esperar que los del talento -y son muchos-, se dediquen sólo a hacer lo que saben. Jugar al fútbol y muy bien. Los Xabi Alonso, Xavi, Iniesta, Casillas y compañía pasarán a la historia como enormes futbolistas. De ellos depende que los niños les sigan recordando como los deportistas ejemplares que nos hicieron enormemente felices hace poco más de un año.