Bueno, venga, manos –o lo que se tercie- a la obra ¿Hay alguien por ahí que quiera quedarse embarazada y tenga poca paciencia? Ya os adelanto (hay a quien se le olvida) que la Naturaleza no funciona cuando nos viene bien: ”lo hemos dejado para el verano que viene”, “yo prefiero que nazca en mayo”… Salvo algunos afortunados que aciertan a la primera lo normal es esperar.

Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad, la tasa de embarazo en una pareja sin problemas, depende de la edad, pero de media va del 14% al 20% cada mes. Si queréis más detalles
http://nuevo.sefertilidad.com/index.php

Se habla de esterilidad primaria cuando una pareja no consigue un embarazo tras un año y medio de relaciones sin anticonceptivos. De esterilidad secundaria cuando una pareja que ya tiene un hijo no logra una nueva gestación en los 2 ó 3 años siguientes. Hay infertilidad primaria cuando la pareja que consigue una gestación la pierde e infertilidad secundaria cuando, tras un embarazo y parto normales, no se consigue tener otro bebé.
Lo ideal es que en el momento en el que el óvulo comienza su viaje se encuentre con algún espermatozoide dispuesto a tirarse de cabeza a la piscina. Pero cómo saber cuándo se ha liberado el óvulo. Antes de preocuparnos y acudir a un especialista hay algunos trucos para aumentar las posibilidades de embarazo, atentas.

Lo normal es que si el ciclo es de 28 días la ovulación se produzca a los 14. Así que lo mejor sería tener relaciones los días 13 y 15 para asegurarnos la presencia de espermatozoides que pueden esperar al óvulo. Tienen 72 horas para lograrlo, mientras que los óvulos sólo cuentan con una vida fértil de entre 12 y 24 horas

Como no todo el mundo tiene ciclos tan regulares lo mejor es buscar ayuda. Os voy a contar dos formas caseras.


Una es tomarse la temperatura basal o lo que es lo mismo la temperatura que tiene el cuerpo en reposo. Por eso hay que tomársela al despertar, al menos después de 6 horas de sueño. En las farmacias encontraréis termómetros especiales que van de 35 a 39 grados y detectan con mucha precisión los cambios térmicos. Una vez comprado hay que elaborar (al menos 3 meses) una curva fiable. Hay que tomarse la temperatura (de forma oral, vaginal o rectal, la que queráis pero siempre la misma) y apuntarla diariamente para ver en cada ciclo cuando se despendre el óvulo. La temperatura sube medio grado en el momento de la ovulación así que, si la medición se repite mes tras mes, podremos anticiparnos un par de días a esa subida para provocar el encuentro entre el espermatozoide y el ovulo. 

 

La segunda forma es el test de ovulación. En las farmacias podéis comprar marcas como Clearblue o Felcontrol, que cuestan alrededor de 27 euros o Donnatest por 33. Hay más, consultad con el farmacéutico. Las dos primeras detectan un incremento de la cantidad de Hormona Luteinizante (LH) en la orina. La tercera el contenido mineral de la saliva, otro indicador a tener en cuenta. Son fáciles de usar, no os preocupéis.

Y por por último, para las más observadoras. Algo de lo que no se habla, el moco cervical. Sólo tenéis que fijaros cuando os limpiéis si hay flujo color clara de huevo. Ese flujo indica período fértil.


¡Ah! por cierto, nos os olvidéis de tomar acido fólico cuando lo empecéis a intentar. Ánimo y a practicar.