Emborracharse de poder es malo. Muy malo. Emborracharsecon la primera copa es más que preocupante. Saca pecho, -estos días-, elPartido Popular porque toca la gloria después de un Congreso a la búlgara dondeDon Mariano ha sido reelegido con el 97 por ciento de los votos. La verdad esque el líder ha cambiado poco, -salvo el desplome socialista-, desde que hacecuatro años ganara agónicamente un cónclave gracias, sobre todo, a la mano deFrancisco Camps y al apoyo de los popularesvalencianos.

Pero una abrumadora mayoría absoluta en las generales habastado para gobernar a golpe de Decreto Ley. «Yo impongo mi ley a sangrey fuego», que diría Belmondo. La subida traicionera de impuestos ya fue unaviso. La reforma del sistema financiero tiene su gracia y fue bendecida porcasi todo el mundo porque, -entre otras cosas-,es un tijeretazo a los sueldos millonarios de los banqueros. Loque ha colmado el vaso de la paciencia ha sido la reformalaboral diseñada para uso y disfrute de losempresarios y para desgracia de buena parte de la población queha comenzado a echarse a la calle. Hace malel PP al despreciar a quienes han llegado la la conclusión de que la reformaestá diseñada para quitar el trabajo a los padres para dárselo a sus hijos amitad de precio. Hace mal en despreciar al votante centrado y de centro que esel que la ha aupado al poder y el que puede negárselo en Andalucía .

Hace malDon Mariano si sólo mira a los palmeros de turno que aplauden a Rajoy con lamisma facilidad que el Gobierno del PP se pliega a las exigencias de AngelaMerkel y de los mercados financieros.
El PP tiene la posibilidad de gobernarpor Decreto porque asílo han queridolos españoles al darle la mayoría absoluta pero debería tentarse la ropa si noquiere que su paso por el poder se convierta en mucho más efímerode lo que pueda parecer. El presidente nodebería despreciar las movilizaciones callejeras contra la reforma laboralporque, -entre otras cosas-, basta echar un vistazo para saber que no sólo lasprotagoniza el «club de la ceja»y el sindicalismo retrógado. En la calle, esta vez está otro tipo degente. Los que pueden hacer que la borrachera de poder se indigeste con sólo unpar de copas.

LA FINAL DE LA COPA



Socios, aficionados y simpatizantes del Real Madridtienen,- faltaría más-, el derecho y casi la obligación moral de negarse a queel estadio de sus amores sea ultrajado en la final de Copa del Rey. Ejercen suderecho a rechazar que el Bernabéu albergue una final que puede acabar enfiesta culé con la plantilla blaugrana de vuelta de honor por el cesped del santuarioblanco.



Ponen la venda antes de que llegue la herida porque nisiquiera el más apasionado barcelonista da por hecho que el título caerá de sulado para darse una vuelta por la Cibeles antes de coger el puente aéreo ypasar por Canaletas.

Tan razonable es la respuesta racial del aficionadoblanco como el previsible sentido comúnque debería imperar en la decisión final.
La Federación Española deFútbol, el Athlétic Club y el Barça quieren jugar en el Bernabéuporque es el estadio con más capacidad y nombre.
El Real Madrid, -que parece notener muchas ganas -, debe entender que su decisión, para bien o para mal -,afecta al prestigio y al bolsillo de toda la ciudad.



Hosteleros, comerciantes y taxistas , entre otros, sejuegan la friolera de 24 millones de euros. 24 millones que dejarán de ganarsólo porque quien estará en el campo es el FC Barcelona. Poco importa laprevisible pitada al Rey y al himno, las pancartas reclamando el acercamientode presos o las banderas independentistas al grito de «puta España».Eso para el aficionado merengue es»peccata minuta» cuando, -a juicio del «Intruso»-,será en realidad lo más grave de lanoche de autos. Pero no. Lo que de verdad dolería es que Puyol levante la Copajunto al palco de Florentino. Es el presidente quien tiene la palabra. Éldecide si queda como un señor y da un empujón a la imagen y las cuentas dela ciudad o convierte a su Club en el primero de toda la historia del fútbolespañol en negarse a que su campoalbergue la final de la Copa de su Majestad el Rey.

Quien esté tentado de asegurar que eso ya ocurrió en 2004 puede tirar de hemeroteca. La finalse jugó en Barcelona pero no en el campo del Barça. Nadie lo pidió. Los dueñosdel estadio olímpico ofrecieron el estadio para la spielautomaten final y los cuatro semifinalistas,- Real Madrid, Zaragoza,Sevilla y Alavés-, aceptaron.



Nadie, ni siquiera el Madrid , pidió jugar en elCamp Nou.

Y en todo caso, el aficionado blanco debería pensar quetiene una oportunidad únicadeconvertir la necesidad en virtud. Si tan convencido está de que el cicloazulgrana ha terminado y de que la Liga y la Champions tienen color blanco¿porqué no aprovechar la final de Copa para restregar y recordar a losculésque están disputando un título menor?
RADIO FUTURA


Hay veces en que detrás de un nombre pococonocido descansan un montón de vivencias de varias generaciones. Detrás deEnrique Sierra , -guitarrista fallecido el pasado viernes-, se esconde buenaparte de una explosión musical y cultural sin precedentes en una España queabandonaba el oscurantismo de 40 años de franquismo.


La historia de la “movida” no podría escribirsesin Radio Futura del mismo modo que la historia del mítico grupo no sería lamisma sin Enrique Sierra. Sólo los más veteranos del “Universo de Martina”tienen nítidos recuerdos de lo que supuso “Kaka de Luxe” para la músicaespañola. El grupo,- con la perspectiva que da el paso de los años-, sonabamal, francamente mal, pero sirvió de vivero a un puñado de músicos obsesionados con crear. Algunos se quedaron en el camino.Otros, -es el caso de Sierra-, acabarían regalándonos canciones con las que se escribe la historia del popespañol. Su renegada “Divina” sirvió detrampolín para una banda que acabaría firmando obras que han marcado a variasgeneraciones de fans y músicos.
Su “Escuela de calor”, “La negra flor” o “LaEstátua del jardín botánico” son referencias musicales y vitales para muchos denosotros . Quiso el azar que el guitarrista muriera horas antes del entierro dela admirada y portentosa WhitneyHouston. Ella se fue llenando espacio y páginas en televisiones y periódicos detodo el mundo. Él lo hizo con más discreción. A ella la recordaremos por sugrandioso talento. A él por poner banda sonora a nuestras vidas. Gracias a losdos.
Mi recomendación musical de la semana no podía ser otra.



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