¿Quién no ha oído alguna vez esta frase entre sueños, o se havisto obligado a pronunciarla con ese tono autoritario que las madres/padressacamos de vez en cuando? Pues hay otras opciones. Algunas, realmente divertidas…

Para empezar, una sonrisa. Es imprescindible para que la alarmade este despertador se detenga. El aparatito tiene un sistema de reconocimiento facial similar al de las cámaras fotográficas. Y ha de ser una sonrisacompleta y verdadera, no valen medias sonrisas. Lo han diseñado en Japón y –demomento- no está a la venta.
Pero si eres de esos lechones que no se despiertan ni con el estruendo de un cañón, tal vez tengas que recurrir a algunos de estos ingenios, ideados sin duda por mentes perversas…

Este es ya un clásico: el Clocky Robotic Alarm es undespertador con dos grandes ruedas. Os podéis imaginar su funcionamiento: a lahora fijada, el reloj se precipita desde la mesilla de noche y rueda sin rumbopor la habitación hasta que alguien –sí tú, no te hagas el loco- se levanta, lolocaliza y lo apaga. Se vende por 49,90 euros.


Similar a éste, el despertador volador lanza al aire unpequeño helicóptero que sobrevuela la habitación emitiendo uno de los sonidosmás detestados de la naturaleza: el zumbido de un mosquito. Solo se detendrácuando alguien –sí, otra vez tú- lo atrape y lo devuelva a su base.
La idea del despertador puzzle es la misma,aunque esta vez lo que sale despedido son las piezas de un pequeño rompecabezasque hay que armar para que se detenga la alarma…
También hay que estar bien despierto para parar a este otrodespertador con tiro al blanco: hay que situarlo lejos y frente a la cama, y nodejará de sonar hasta que aciertes en el blanco con un puntero láser.
El Kuku Alarm es realmente divertido: cuando suena empieza a poner huevos que caen enuna cesta … o no. El caso es que la alarma no dejará de sonar hasta quedevolvamos todos y cada uno de los huevos al reloj-gallina. O sea, que hay quedespertarse por… por eso, sí.

Para masoquistas –que también los hay- he encontrado esteejemplar de eficacia probada: aquí no hay que perseguir ni construir nada:simplemente hay que pulsar un botón, que nos devolverá una pequeña descargaeléctrica. Majo, el cacharrito, ¿eh? Y solo por 12 euros, en Pixmanía. 

Uno más: se trata de una curiosa alfombra que te obliga a levantarte porque la alarma no se detendrá hasta que la pises con fuerza (no vale dejar caer un pie mientras seguimos soñando, que ya nos conocemos)





Y si nada de esto funciona, recurriremos a la sabiduría popular: una buena zambomba o una recopilación de «Grandes Éxitos» de Julio Iglesias nunca fallan… (Se me ha ido la mano ¿no?)


Fuentes: tecnología 21, online, nopuedocreer